Proteger a las mujeres

A partir de la cuarta Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo en el Cairo, Egipto en 1994, se define a la salud reproductiva como el estado general de bienestar físico, mental y social en todos los aspectos relacionados con el sistema reproductor, sus funciones y sus procesos.

También se entiende como la capacidad de los individuos y de las parejas para disfrutar de una vida sexual y reproductiva satisfactoria, saludable y sin riesgos, con la absoluta libertad de decidir de una manera responsable e informada sobre el número y espaciamiento de sus hijos.

Implícito en esta última condición se encuentra el derecho de los hombres y de las mujeres a recibir información y tener acceso a métodos para el control de la fertilidad que sean seguros, aceptables y eficaces, así como a una gama completa de servicios y atención médica.

Este concepto comprende elementos esenciales como la planificación familiar; la salud perinatal; la salud reproductiva de la población adolescente; la salud de la mujer, que incluye el riesgo preconcepcional; la detección oportuna y tratamiento de la infertilidad y tumores del sistema reproductor; la atención del climaterio y de la posmenopausia, así como la prevención, detección y tratamiento de las infecciones de transmisión sexual, incluyendo al Sida.

En México, las mujeres representan la población más afectada con problemas relacionados con la salud reproductiva. En efecto, de ellas nacen hijos y, por lo tanto, sufren de las consecuencias derivadas del embarazo, el parto y el aborto. El sexo femenino es más susceptible a la mayoría de las infecciones de transmisión sexual, incluyendo al VIH, y la mortalidad materna ocupa un lugar importante en nuestro país.

Sin embargo, de todas las muertes de esta naturaleza, aquellas relacionadas al embarazo y aborto son probablemente las más prevenibles. En efecto, es impactante conocer que cada minuto muere una mujer por causas vinculadas al embarazo y al parto. En general se trata de jóvenes, la mayoría con uno o más hijos. Por cada mujer que fallece por estas causas, cerca de 100 sobreviven al parto, pero muchas de ellas quedan afectadas por alguna enfermedad o discapacidad.

Las complicaciones del embarazo que resultan en muerte no se pueden anticipar, ocasionando un impacto que va más allá de su familia directa. Al morir una madre se pierde el aporte que ella hace a la unidad familiar, a la educación de los hijos y al cuidado de los ancianos.

Por todo lo...

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