Proyecta RCR desde el alma

AutorFrancisco Morales V.

El inicio, la constante y el futuro próximo se llama Olot, una pequeña ciudad catalana, a hora y media de Barcelona, que actualmente cuenta con 30 mil habitantes. RCR Arquitectes, la oficina que se alzó con el Premio Pritzker en 2017, jamás ha abandonado su hogar.

Es ahí, en medio de un paisaje de montañas bajas, a 440 metros a nivel del mar, que el arquitecto Rafael Aranda conoció a su colega Ramón Vilalta en el "instituto", la preparatoria.

"Imagínate que nosotros nos conocemos de cuando teníamos 16 años", recuerda Aranda en entrevista telefónica, a unos días de llegar a México para participar en el Festival Internacional de Arquitectura y Ciudad Mextrópoli, del 17 al 20 de marzo.

Poco después, ya en la Escuela de Arquitectura del Vallés, se encontrarían con Carme Pigem, otra oriunda de Olot que compartía lo que, sin dudarlo, Aranda califica como un sueño en nombre de tres inseparables.

"Creíamos que juntos podíamos estar en un lugar que nos gusta, que es nuestro lugar, y que podíamos llegar a soñar con el poder hacer Arquitectura, con letra mayúscula", cuenta.

Treinta años después de fundar RCR -llamada así por las siglas de sus nombres-, la tríada ganaría el Nobel de la Arquitectura.

Aunque los proyectos internacionales no han faltado, como ocurre con cualquier oficina prestigiosa, Rafael, Carme y Ramón han desarrollado el grueso de su obra en casa, desoyendo incluso las advertencias de sus maestros, sobre la necesidad de emprender suerte en otro sitio.

En la provincia de Girona, donde se encuentra Olot, han construido espacios para el ocio y la cultura, un estadio de atletismo, restaurantes, teatros y guarderías. Todo, dice Aranda -quien nunca abandona el "nosotros"-, aprendiendo a leer el paisaje.

"Tú tienes que sentir un lugar a partir de tu cuerpo, de tu manera de ser y, si eres capaz de apreciarlo, después eres capaz de hacer un proyecto, de dar una solución, que tanto tenga el alma de aquel lugar como tu alma", explica.

En sus espacios públicos en Girona y en los paisajes que visitan, han sabido estudiar la lógica constructiva de las edificaciones locales y acercarse a quienes las llevan a cabo.

"Para nosotros, el herrero, el carpintero, el picapedrero están muy cercanos. Son amigos nuestros y son parte de nuestro equipo", explica Aranda.

A partir de una concepción de que la arquitectura "se vive", de RCR nacieron también la...

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