Una puerta a la imaginación

AutorRodrigo Morlesín

A Imapla, ilustradora nacida en Barcelona, le gusta coleccionar cosas: juguetes de lámina, cuentas que se encuentra en la playa y también sueños, pero, sin duda, entre todas las cosas que colecciona, una de las más importantes es su bolígrafo, del que sale toda clase de seres, animales, monstruos y hasta niños traviesos. Sí, así es como nació Lola, surgió de su bolígrafo y, en su nuevo libro, Lola: Tooodo un día en el zoo (Océano Travesía), cuenta un increíble paseo por el zoológico y abre una puerta la imaginación.

¿Cómo surgió la historia de Lola: Tooodo un día en el zoo?

Lola, la protagonista de esta historia, no lo sabe, pero en su otra vida fue una cebra. Lola empezó un día de visita en el Zoo de Barcelona con mi hijo. Yo veía a los animales del zoo viejos, sin pelo, enjaulados. Pere no veía nada de eso, él me contagiaba su alegría. Miradas diferentes de una misma realidad. Pensé que allí había libro y la protagonista sería una cebra, por eso de llevar rayas, que parecían las rejas de una jaula.

Un día, agujereé una página de un libro con una puerta, para poder atravesarla y girar al otro lado del libro. Las dos caras de una misma moneda. Un lado y el otro. Allí también pensé que había libro. Tenía una puerta, tenía unos animales enjaulados que querían ser libres y necesitaba a alguien que me ayudara a conseguirlo. Allí nació la protagonista y, poco a poco, empezaron a sucederle cosas...

Cuéntame una anécdota sobre Lola.

Editado el libro, lo enseñé a mis sobrinos de edades muy diferentes. Cuando llegaron a la puerta, sin atravesarla, me dijeron: "Oh, qué bonita visita en el zoo". Otro sobrino abrió la puerta, giró página y empezó el sueño de Lola. "Ohhh", dijo Sergi, "si esto no acaba aquí"... y los dos continuaron la historia.

Me gustan las diversas lecturas del libro. Hay la narración página a página. Después, descubrir que no se acaba. Atravesar. Luego desplegar el libro y ver la escena de forma global con elementos que igual no se perciben en el página a página.

Cuéntame de tus paseos de niña.

Era una niña sin problemas. Feliz, la cuarta de cinco hermanos. Tuve una infancia feliz. Hice cabañas, me acuerdo del primer día que aprendí a ir en bici, el olor de los pinos en el mar de Mallorca, olor a caracol los días de lluvia, tenía hermanos para jugar y pelearme, y mis padres fueron todo corazón.

¿Cuál era tu libro favorito entonces?

En casa no era habitual leer, pero mi madre, universitaria en una época que no se estilaba demasiado...

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