Pulso Económico / Inflación

AutorJonathan Heath

La tasa general de inflación y la subyacente de abril, fueron 3.20 por ciento respecto al mismo mes del año anterior. Aunque debemos esperar algo de volatilidad en los aumentos de precios, ya se manifiesta una consolidación cercana a la meta de largo plazo.

Mientras la tasa general de inflación toma en cuenta todos los aumentos de precios en una canasta representativa, la tasa subyacente señala la trayectoria de mediano plazo. Podríamos decir que la subyacente es la tendencia, por lo que deberíamos esperar que la general gire alrededor de ésta, con desviaciones temporales por encima o por debajo. Con los resultados de la inflación de abril, la tasa general se empata con su tendencia, la subyacente.

Si vemos la tasa general de inflación, observamos que no tiene una tendencia clara, sino que presenta ciclos irregulares de altas y bajas. Esto corresponde al componente "no-subyacente" del índice, que incluye los precios de los bienes agropecuarios, administrados, concertados y de la educación. En especial, los precios agrícolas son los que más variación presentan. Por ejemplo, el índice de precios de frutas y verduras señalaba una tasa anual de inflación de casi 20 por ciento en enero y ahora es de -5 por ciento. El problema es que son precios que por su propia naturaleza fluctúan mucho, lo que no es indicativo de la inflación.

Debemos recordar que la definición de libro de texto de la inflación es un aumento generalizado y sostenido en los precios. Si suben mucho los precios de algunas frutas, no es un aumento generalizado. Como es casi un hecho que en un momento vuelven a bajar, tampoco son aumentos sostenidos. Esto significa que debemos hablar de inflación cuando vemos específicamente que la mayoría de los precios suben consistentemente y no cuando algunos aumentan en forma aislada. El problema es que en la mayoría de las ocasiones que vemos que aumenta un solo precio (o pocos precios), hacemos referencia a "inflación", sin distinguir el origen o causa de su incremento.

Lo que necesitamos hacer es no solamente ver qué precios suben y en cuánto, sino también tratar de entender el por qué. Si las variaciones en los precios de las frutas simplemente obedecen a las variaciones en la oferta y la demanda de cada mercado, entonces no es inflación sino más bien un fenómeno "microeconómico". En cambio, si vemos que los precios de las frutas suben en concordancia con la mayoría de los bienes en la economía, sería un fenómeno "macroeconómico" y lo...

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