PULSO ECONÓMICO / El Saldo Inflacionario

AutorJonathan Heath

La semana pasada, Inegi informó que la inflación anual de 2018 cerró en 4.8 por ciento, casi dos puntos porcentuales por debajo de la tasa de 6.8 por ciento del año anterior. Sin embargo, la disminución fue en los primeros cinco meses, cuando llegó a su punto más bajo de 4.5 por ciento en mayo. En los últimos siete meses del año, permaneció dentro de un rango de 4.6 a 5.0 por ciento. La inflación subyacente, que es el incremento en precios de bienes y servicios susceptibles a las acciones de política monetaria, disminuyó a 3.7 por ciento, de 4.9 por ciento a fines de 2017. Igual que la general, el movimiento a la baja se registró en los primeros cuatro meses del año y después ha quedado estancado alrededor de 3.7 por ciento. En cambio, la inflación no subyacente, que se refiere al movimiento en precios cuya determinación no es típica (precios de energéticos, tarifas del Gobierno y agropecuarios) bajó a 8.4 por ciento en 2018, de 12.6 por ciento el año anterior. Si bien hubo algo de mejoría en la inflación, el incremento tan marcado en el precio de la gasolina en el transcurso del año fue el culpable principal.

Con el cierre de 2018, la inflación acumulada en el sexenio fue 27.9 por ciento, para un promedio anual de 4.2 por ciento, siendo la tasa más baja para un sexenio desde que existe el INPC (que se empezó a levantar en 1968). No obstante, la mejoría en los últimos dos sexenios ha sido marginal, ya que en el sexenio de Calderón la inflación acumulada fue 28.5 por ciento (4.3 por ciento promedio anual) y en el sexenio de Fox 29.8 por ciento (4.4 por ciento promedio anual). Aun así, llevamos tres sexenios seguidos con una inflación promedio inferior a 5 por ciento anual, es decir, con una tasa promedio anual de 4.3 por ciento. Sin duda alguna, una mejoría notable en comparación a los cinco sexenios anteriores con inflaciones de dos dígitos (Echeverría 14.9 por ciento; López Portillo 33.2 por ciento); De la Madrid 83.4 por ciento; Salinas 15.6 por ciento; y Zedillo 21.8 por ciento promedio anual).

La autonomía del Banco de México arranco en abril de 1994, sin embargo, en medio de una crisis que culminó en la devaluación de diciembre de ese año, lo cual provocó que la inflación terminara en 52.0 por ciento en 1995. Durante ese sexenio (de Zedillo), la inflación fue bajando año con año, hasta culminar 2000 en la zona de un solo dígito, en 9.0 por ciento. En los siguientes 18 años se ha mantenido por debajo de 5 por ciento, cada vez más cerca...

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