Pulso Económico/ Los Pesos y Centavos de la Guerra

AutorJonathan Heath

En Estados Unidos el índice de sentimiento del consumidor disminuyó de nuevo en forma significativa en la primera quincena de marzo, mientras que las ventas al menudeo se redujeron 1.6 por ciento el mes pasado. Prevalece la incertidumbre que resta dinamismo, frena el consumo y espanta la inversión. Sin haberse iniciado la guerra, ya se pagó una cantidad exorbitante en términos de crecimiento perdido y empleos destruidos.

En México, se confirma que la recuperación incipiente nunca se pudo consolidar y seguimos en una etapa recesiva. Hace dos años, cuando se desplomaba la producción industrial y se perdían empleos manufactureros, hubo la oportunidad de encontrar trabajo en el sector de servicios. Un año después se agotaron las posibilidades de empleo en el comercio, pero seguían los aumentos salariales por encima de la inflación. De esta manera, muchas familias se mantuvieron a flote. Sin embargo, ahora se agotaron las mejorías salariales, no hay nuevas oportunidades de empleo y los indicadores de avance sugieren mayor pesimismo en el corto plazo.

Ya agobiados por el mar de indicadores económicos melancólicos, ayer se dio lo que parece ser el paso final preparativo de la guerra de Estados Unidos contra Iraq. Al medio día, Kofi Annan anunció la evacuación de los inspectores de armas y demás personal de la ONU de Iraq. Se supo que el Presidente Bush daría un discurso anoche para lo que prácticamente todos esperaban que fuera la declaración formal de guerra. Los mercados financieros no vacilaron ante las noticias: tanto el índice Dow Jones como el Nasdaq, considerados como los mejores termómetros financieros, reaccionaron con aumentos de casi 4 por ciento. Hasta el tipo de cambio mejoró notablemente.

¿Júbilo ante el anuncio de una guerra? No. Igual hubieran reaccionado los mercados ante la noticia de un NO definitivo a una guerra. Los mercados reaccionaron positivamente al fin de la incertidumbre, no al comienzo de una guerra. Es casi un hecho que la guerra será aplastante y rápida. El escenario de una guerra prolongada tiene muy poca probabilidad, ya que la tecnología bélica norteamericana no deja campo para la duda.

Un estudio reciente de la Reserva Federal de Nueva York estima que las pérdidas de utilidades, la destrucción de propiedad y los costos de limpieza en Nueva York después del ataque el 11 de septiembre totalizan entre 33 y 36 mil millones de dólares. A esta cantidad habría que añadir las pérdidas en productividad derivadas del...

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