Puros incómodos de La Habana

BERLIN. -Con un gesto de contrariedad e incredulidad reaccionó Bill Clinton al percatarse de lo que el Canciller alemán, Gerhard Schroeder, le entregó como regalo con motivo de la reunión cumbre de Berlín: una caja con puros cubanos que había recibido del líder cubano Fidel Castro.

Schroeder, al igual que Clinton un amante de los cigarros, le obsequió los habanos y le explicó que los acababa de recibir, traídos de Cuba por la Ministra de Cooperación Económica alemana. Fidel Castro se los había dado a Heidemarie Wieczorek-Zeul como atención para Schroeder durante la reciente visita que la ministra hizo a La Habana.

Después del desliz diplomático que significó haberle entregado a Clinton algo prohibido en Estados...

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