Quedan vestidos y alborotados

AutorAllan Wolburg

La bandera de México se encontraba en lo más alto del podio mientras el Himno Nacional se escuchaba en el fondo: Guillermo Pérez consiguió el primer oro para México en Beijing.

Era el escenario perfecto.

Sin embargo, unas 25 personas esperaban impacientemente la actuación de otro mexicano, el mediofondista Juan Luis Barrios.

Encabezados por José Gilberto Barrios, padre de Juan Luis, los seguidores del mexiquense estaban reunidos en el Deportivo Estrellas Colgate a partir de las 7:00 horas para ver la eliminatoria, pero ésta nunca apareció en la televisión abierta.

Al principio la emoción se hizo sentir durante las peleas de Pérez, y con la medalla de oro, niños y grandes aplaudían por igual.

El salón, adaptado para albergar a los visitantes, estaba obscuro, únicamente iluminado por la pantalla donde una y otra vez se repetían los cotejos del taekwondoín.

Justo antes de que Pérez saliera por la medalla de oro acompañado de los otros ganadores, personal del deportivo donde se inició Barrios como corredor, repartió pan y chocolate a los asistentes, quienes confiaban en que había un error en la hora de inicio de la competencia.

"Estamos checando, porque teníamos entendido que comenzaba a las 7:15, pero a lo mejor es a las 8:15 el primer heat", comentó Yolanda Flores, gerente del lugar.

Con el Himno Nacional todos se levantaron, y aunque no entonaron alguna palabra, visiblemente emocionados aplaudieron el esfuerzo del primer oro mexicano... la razón por la que no fue televisada la clasificación de Barrios a la final.

"Me siento un poco molesto, porque a final de cuentas es el esfuerzo de un mexicano.

"Entiendo que una medalla de oro es importante, pero era la última competencia...

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