Disertaciones/ Cuando se quiere, se puede

AutorRoberto del Cueto

Según informes que he leído en la prensa, México ya tiene el triste honor de ocupar algunos de los primeros lugares entre todos los países del mundo en la venta de copias piratas de discos compactos de música, de cintas de video y de otras mercancías semejantes.

Desafortunadamente estamos igual en otras materias, como es el caso del comercio ambulante, de las normas de tránsito de vehículos y, como recientemente se ha hecho más que patente, de lo que ocurre dentro de las cárceles del país. Efectivamente, los medios de comunicación nos informaron la semana pasada del increíble y sorprendente caso de un penal de Tijuana conocido como "El Pueblito" en el que se presentaban una serie de conductas que rayan en lo increíble. En ese penal se permitió a algunos presos (los que tenían recursos para pagar suficiente mordida) construir casas con toda clase de comodidades, vivir con sus parejas e hijos, los cuales salían diariamente a las escuelas locales, comprar toda clase de artículos en las tiendas y acudir a restaurantes operados dentro de esas instalaciones.

Todo lo anterior mientras otros presos (los que no tenían dinero para pagar mordidas), vivían en condiciones infrahumanas al grado de que algunos de ellos pernoctaban a la intemperie. Un caso así sólo puede explicarse, por una parte, en un ambiente de alta corrupción de los responsables de administrar ese penal y, por la otra, en función de una tolerancia a la ilegalidad que debe haberse presentado a lo largo de muchos años. Esta situación es un claro reflejo de que en nuestro país, aunque algo ande perfectamente mal, puede suceder que ninguna autoridad haga nada, hasta llegar a situaciones fuera de toda proporción.

Lo único rescatable de esta lamentable experiencia es que ha demostrado que cuando se quiere, se puede combatir la ilegalidad si se actúa con decisión y sin miramientos de afectar intereses creados al amparo de conductas fuera de la ley. Efectivamente, como también lo apreciamos en días pasados, gracias a un operativo montado por la Policía Federal Preventiva y las policías locales, bien pensado y coordinado, fue posible, en solamente unas horas, terminar con una situación que nunca debió haber ocurrido y que se toleró por las autoridades responsables durante demasiado tiempo.

Sin embargo, existen en nuestro país algunos otros casos de situaciones semejantes a la ocurrida en "El Pueblito" que no se atienden ni corrigen adecuadamente. Se trata también de situaciones que ocurren...

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