Rafael Aviña / Se acerca al thriller político
| Autor | Rafael Aviña |
"Conocía Sendero Luminoso antes de leer la novela de Nicholas Shakespeare. De hecho, a mediados de los 80 fui testigo en Perú de uno de los apagones generales provocados por los miembros del grupo. Después fui siguiéndoles la pista, pero nunca pensé que terminaría queriendo hacer algo sobre este tema".
Son las palabras del intenso actor John Malkovich, quien debuta en la realización con una obra extraña y atractiva, Sendero de Sangre (The Dancer Upstairs, 2002) y cuya carrera se ha dividido entre prestigiosos relatos del cine europeo y exitosas cintas hollywoodenses que han mostrado la enorme capacidad de su trabajo histriónico, como lo muestran Relaciones Peligrosas, En la Línea de Fuego o ¿Quieres Ser John Malkovich?
Curiosamente, su película -filmada con capital español y estadounidense y protagonizada por ese otro gran histrión que es Javier Bardem- no intenta convertirse en una recreación fiel de un momento clave en la historia peruana y mucho menos en un alegato político de tintes sensacionalistas a pesar de algunos momentos inclementes (como aquella secuencia del niño indígena suicida quien, al grito de "Viva el presidente Ezequiel", se hace estallar afuera de una comisaría de policía en una pequeña localidad).
De alguna manera, Malkovich busca el anonimato a través de un modesto e inteligente debut que falla, sin embargo, al incluir una forzada historia romántica entre el protagonista y la profesora de danza de su hija, un relato de amor imposible, que no sólo ciega momentáneamente al dedicado teniente de la policía que encarna Bardem, sino que distrae de la historia principal orientando el asunto hacia el melodrama hollywoodense.
Desde el arranque mismo, Malkovich y su guionista enlazan y presentan con gran sensibilidad las dos fuerzas antagónicas que mueven el relato. Al amanecer, una camioneta que avanza por un solitario paraje es detenida para su inspección. En ella viaja el futuro líder espiritual de un movimiento guerrillero que tomará a fuego y sangre las calles de un indeterminado país latinoamericano amenazando la estabilidad del gobierno; se trata de Ezequiel (Abel Folk), quien cruza esa frontera con documentación falsa y sin fotografía.
Agustín Rejas (Bardem), quien ha dejado atrás su carrera de abogado debido a la corrupción de la justicia, se desempeña ahora como policía y más tarde será el encargado de atrapar a esa suerte de fantasma cuya fotografía aparece un buen día en los postes de las calles seguidas de decenas...
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