Rafael Fernández de Castro / El libro que muestra la obsesión de Bush por Saddam
| Autor | Rafael Fernández de Castro |
"Un día después de los atentados terroristas, el 12 de septiembre, el Presidente Bush después de una junta me dijo: "Ya se que tienes mucho que hacer, pero quiero que cuando revises todo lo que pasó, veas si Saddam hizo ésto. Asegúrate si él estuvo involucrado de alguna manera". A lo que incrédulo y casi molesto le respondí: "Pero señor Presidente, Al-Queda lo hizo". "Ya sé, ya sé, pero ve si Saddam estuvo involucrado. Sólo indaga. Deseo saber si hay cualquier evidencia...".
- "Cuando le explicaba por primera vez a Condoleezza Rice lo que era Al-Qaeda, su expresión facial me dio la impresión de que ella nunca había oído de eso, por lo que añadí, la mayoría de la gente piensa que es el grupo de Osama bin Laden, pero es mucho más que eso, es una serie de organizaciones terroristas afiliadas con células en más de 50 países".
Richard Clark, Contra todos los enemigos.
El libro de Clark se suma a una lista que empieza a abultarse de ex funcionarios que, agraviados por exceso de celo de la Casa Blanca por el secretismo, deciden contar su versión. El anterior fue del ex Secretario del Tesoro, Paul O'Neil quien acusó a Bush de estar obsesionado por Saddam y desdeñar los daños que el enorme déficit presupuestal está causando a la economía estadounidense y mundial.
Las críticas del libro Contra todos los enemigos se han esparcido como el fuego en Estados Unidos por cuatro motivos: primero, la reputación de Clark de un efectivo profesional en la lucha contra el terrorismo; segundo, porque la campaña de reelección de Bush ha decidido hacer de su "efectivo" liderazgo contra el terrorismo el vértice de mensaje; tercero, por una mercadotecnia perfectamente orquestada, apareciendo el libro justo la semana en que la Comisión legislativa sobre el 11 de septiembre realizaría sus audiencias en el Capitolio; y finalmente, por que el libro es sencillamente buenísimo.
La publicación del libro de Clark y su serie de apariciones televisivas ha estado acompañada de una furiosa embestida de la administración Bush para desmentirlo. El 21 de marzo, precediendo una entrevista de Clark en el programa 60 minutos, seis cercanos colaboradores de Bush, entre ellos el Vicepresidente Cheney y la Consejera de Seguridad Rice, saturaron todos los programas de radio y televisión para descalificar a Clark. "Está molesto", deslizó Cheney, "porque no le dieron el puesto de número dos en la nueva Secretaria de Seguridad Interna".
Pero se necesitará más que eso para descalificar a...
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