Rafael Segovia / Ante el caos

AutorRafael Segovia

Hace unos días, en un programa de televisión conducido con una torpeza insigne, los participantes debatían en la angustia, es decir, en la indecisión. Las cartas habían sido distribuidas por los videntes, por los constructores de encuestas; se suponía que los hombres y mujeres participantes sabían, con una certeza aproximada, quién iba a ganar y quiénes iban a perder. El aburrimiento hacía estragos cuando la señora Elba Esther Gordillo tomó la palabra con un fin claro, determinado y abierto. Había que fijar el juego: nadie debía moverse de ahí en adelante, de manera que impuso el caos; fue imposible entender nada de lo que dijo, fue el desdén absoluto, la incoherencia total. El político se quedó solo (o sola), la política fue sólo suya. Nadie pudo intervenir de ahí en adelante.

Todo esto venía anunciado, pero ya era público. No se quiere participación pública alguna. Quien se asome a algún programa electoral se topará con una pared silenciosa, gris, muda, insondable e incoherente. Da lo mismo quién haya redactado el programa pues la intención es la misma y se ha conseguido: la abstención y, lo que espera, la falta de legitimidad del sistema político.

El paso centellante del señor Fox por el poder es uno de los fracasos notorios de la derecha mexicana, una derecha de la que no hemos podido analizar de qué está compuesta, empezando por él, que en el mejor de los casos puede suponerse un vacío cercano al cero absoluto. El resto son las ruinas de un campo de batalla donde ni siquiera se ha peleado una escaramuza entre las fuerzas de la propia derecha, donde Jorge Castañeda es el director de escena, donde lo que queda es una vergüenza nacional y una derrota que durará años por más que se reúna y piense que la salvación está en las coaliciones intelectuales.

Una vez más, para escándalo de América Latina, de aquel panorama desolador, quedan dos partidos en pie, el peronismo y el PRI. El misterio lo conservan los generales Calles y Perón en sus tumbas.

Una vez más, también, se llamará a las élites políticas a contar votos, a analizar partidos, a hacer piruetas y a comparar hombres. Vamos a explicar cómo la democracia no ha encontrado todavía el terreno fértil y vamos a tapar el sol con un dedo, quizás con dos, con uno que nos va a prestar Toledo de Perú y otro que nos dejará Hugo Chávez, mientras en el fondo de nosotros mismos nos decimos que el día que Fox tomó posesión de la Presidencia en el Auditorio Nacional, nos decíamos que con ese señor la...

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