Rafael Segovia / La información injusta

AutorRafael Segovia

Era algo que debían esperar: uno de los candidatos a la Presidencia de Estados Unidos, el republicano, una antítesis de Bush, discreto, antiguo prisionero de guerra de los vietnamitas, hombre que propone, por ahora, un programa de gobierno sensato y tranquilo, que no parecía del agrado del ala más conservadora del Partido Republicano, empeñada en desacreditar a quienes no piensen -es un decir- como ellos.

Encontraron la falla en la armadura. Como siempre, estaba en la moralidad pública, que en Estados Unidos es tener una amante, a la cual se añade haber usado su cargo -era senador- para favorecer a una compañía comercial. Lo más sorprendente y desconsolador es haberse enterado del escándalo (?) por el New York Times, considerado un órgano de prensa de discreción asegurada, información depurada y juicios sólidos, progresista y apartidario. Ya no se puede creer en nadie.

En Estados Unidos, en una parte muy importante de la población sigue imponiéndose una moral farisaica e hipócrita donde las formas son todo. Pero las formas conocidas, del dominio público: si el pecado no se conoce, si no hay escándalo, aquí paz y después gloria. El pecado para los gringos empieza y termina en la cama; podría ser un problema de salud, ahora que estamos comidos por el sida, donde un paso en falso se paga toda la vida, y cuando hace más de un siglo, uno de los hombres más inteligentes, cultos y honestos del mundo español vivió toda la vida devorado por una gonorrea que no se atrevió a confesar ni a sus médicos. El miedo al qué dirán, al pecado, a la perversión moral condujo al extraordinario autor de la Historia de los heterodoxos españoles al celibato y al ostracismo de por vida.

Mucho más reciente ha sido "el caso Clinton", en el que su política de talla internacional, la única que ha tenido Estados Unidos después de Franklin Roosevelt, fue sometido a unos interrogatorios más que humillantes por una joven becaria afecta a ciertas prácticas, que quiso que en la próxima-pasada Presidencia se le retribuyera.

Hemos sido educados en la discreción, en el silencio sobre las costumbres de nuestros amigos y conocidos, la indiscreción en que caemos no pasa de ser un tema de conversación -reconozco que con mucha frecuencia peligroso. En cuanto a usar una publicación del tipo que sea para acusar a una persona de cualquier delito o de una conducta considerada delictiva, sobre todo en el terreno de la política, es algo inadmisible. Encontramos que las acusaciones aluden...

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