Rafael Segovia / Los problemas de siempre

AutorRafael Segovia

Se multiplican las reuniones de jefes de Estado, ministros de Hacienda y directores de bancos estatales, centrales con el fin de establecer un nuevo tipo de economía, de crecimiento, de empleo, de seguridad sobre todo. De manera falsa se viene ahora a decir que el mercado no puede orientar la economía, que el mercado ha dado prueba de su fracaso, que de ahora en adelante la intervención del Estado es indispensable precisamente para evitar las aventuras a que nos vemos arrastrados, siempre en detrimento de quienes menos tienen.

Se dice ahora que John Law fue uno de los inventores del mercado, cosa en la que no coinciden los defensores de David Ricardo. En cualquier caso todo queda entre ingleses aunque Law era escocés y estaba al servicio del rey de Francia. Todos estaban dispuestos, como se está hoy, a servir a los intereses del mercado, porque todo el mundo quiere beneficiarse al tratar de que su dinero produzca dinero. ¿Es tal cosa posible? Sólo sabemos que los billetes o las monedas no son comestibles aunque sirvan para comprar los comestibles. Hay que producir comestibles en primer lugar, y ropa, y alojamientos. El señor Calderón, la semana pasada, se reunió con los presidentes latinoamericanos para advertir que la pobreza es un hecho de este continente y que estamos cerca de abandonarla. Discurso conocido y poco alentador de estos jefes de Estado que repiten como si fuera una novedad que la crisis se generó en el exterior sin mejorar con ello la situación de millones de hombres, mujeres y niños que tienen que soportar estos discursos huecos y aburridos de señores absolutamente indiferentes a la situación actual.

La crisis ha entrado en un receso seguramente debido a las elecciones de Estados Unidos. Ya se puede saber quién es el vencedor de la contienda. La prensa diaria toda, mexicana y norteamericana, daba como ganador a Barack Obama, aunque a última hora se advirtieron ciertas dudas no se sabe bien debido a qué. Pueden deberse a un racismo latente -y en muchos casos manifiesto- de la población norteamericana, si la guerra de secesión se cerró hace mucho más de un siglo, los espíritus no, y esto merece una nueva explicación para los gringos difícil de aceptar.

Estados Unidos nació como una sociedad racista, aunque ahora en casi todas la películas de Hollywood que tocan el tema aparece un negro que lucha denodadamente por dicha independencia y se conservan como una reliquia, cerca de una de sus universidades más famosas, los restos de...

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