'Ramiro fue bueno hasta en su muerte

AutorAndrés Martínez

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En el caserío disperso de la comunidad de Miguel Hidalgo, en el Municipio de Santa María del Oro, Nayarit, en donde no viven más de 500 personas, Ramiro Padilla Rodríguez, el joven soldado, que luego de morir donó su corazón y riñones, es recordado como un héroe.

De acuerdo con habitantes de la localidad, el funeral y el sepelio del militar ha sido el más numeroso del que se tiene memoria.

Entre familiares, amigos y vecinos de las rancherías aledañas se formó un contingente de más de 300 personas que acompañó a Ramiro en su último viaje, intentando darles consuelo a sus padres y dos hermanos que le sobreviven.

Además de ser recordado como un hombre de bien, pues desde hace 3 años salió de su tranquila comunidad para servir a su País enlistándose en el Ejército, el hecho de que el joven de 23 años aceptara donar sus órganos para que alguien más los usara es considerado un acto heroico.

"Fue algo muy noble, porque decidió (donar sus órganos) en vida, de manera desinteresada pues, sin importarle a quien se los iban a dar ni nada", comentó una vecina del poblado de Miguel Hidalgo, que pidió identificarse sólo como Esther.

"Permitió que otras personas vivieran, otras personas que si nadie les donaba se iban a morir, o sea que hasta después de su muerte fue bueno".

El pasado 30 de junio, Ramiro, junto con tres compañeros pertenecientes a la 41 Zona Militar de Puerto Vallarta, se accidentaron mientras viajaban por la Carretera Federal 200 a la altura del poblado de Bucerías.

Derivado de las lesiones que sufrió en la cabeza, y luego de nueve días internado en un hospital de Puerto Vallarta, los doctores le diagnosticaron muerte cerebral.

Con el consentimiento de sus familiares para la donación de órganos, Ramiro fue trasladado en estado vegetal al Hospital Central Militar desde donde dos helicópteros del Agrupamiento Cóndores de la Policía del DF fueron requeridos para llevar el contenedor con el corazón de Ramiro y a un equipo de cirujanos hasta el Centro Médico Siglo XXI.

Aunque para realizar esta maniobra, los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública local (SSP-DF) improvisaron un helipuerto en el cruce de las avenidas Cuauhtémoc y Baja California.

Ahora, su corazón late en el cuerpo de Vicente, un joven de 16 años de edad, que durante casi un año esperó un milagro para seguir viviendo y al menos durante la última semana las posibilidades de mejorar su salud aumentan gracias a la ayuda de Ramiro.

Además, los riñones del militar...

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