Razones y Proporciones / Política monetaria y banca

AutorManuel Sánchez

En cualquier economía, la actividad bancaria condiciona la actuación del banco central y viceversa. En particular, la fortaleza de los intermediarios facilita el logro de la estabilidad de los precios y ésta es indispensable para el adecuado funcionamiento de los mismos.

Al afectar la oferta de dinero, los bancos influyen en la política monetaria. Lo hacen mediante la conversión de depósitos en crédito, la captación de ese crédito en la forma de depósitos y así sucesivamente. Este proceso multiplica los depósitos (cuentas de cheques, cuentas corrientes, etcétera) que fungen como sustitutos cercanos de los billetes y monedas, por lo que son dinero en un sentido amplio.

Como la producción de dinero puede eventualmente impulsar la inflación, los bancos centrales no son ajenos a este fenómeno.

En consecuencia, el mecanismo de transmisión de la política monetaria debe incluir a los bancos. Así, por ejemplo, los institutos centrales ordinariamente combaten las presiones de inflación con alzas en las tasas de interés de corto plazo, para encarecer y frenar el financiamiento bancario y, de esta manera, reducir el dinamismo de la demanda agregada y de los precios. Además, la administración prudente de los bancos genera certidumbre en la economía facilitando la estabilidad.

Por su parte, los bancos requieren el manejo responsable de la autoridad monetaria. Una inflación elevada se traduce en aumentos de las tasas de interés que pueden poner en peligro la solvencia de los acreditados, la calidad de los activos bancarios y, por ende, la situación de los intermediarios.

Asimismo, una política monetaria expansiva puede propiciar un auge de crédito insostenible si se basa en precios artificialmente altos de los activos que se financian (por ejemplo, inmuebles).

Los bancos centrales deben funcionar como prestamistas de última instancia en un contexto de nerviosismo de los ahorradores sobre la seguridad de sus depósitos, el cual puede ocurrir independientemente de la robustez de los bancos, por el simple hecho de que éstos normalmente no mantienen reservas en efectivo por cada peso depositado sino que lo invierten, típicamente, en crédito.

La crisis macroeconómica

En pocos casos la relación entre el sistema bancario y la política monetaria en México ha sido más adversa que en la crisis macroeconómica de los 90. En 1994 nuestro País experimentó varios choques de origen político que desencadenaron ataques especulativos contra la moneda mexicana.

Con el...

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