Rebanadas / ¡Se me casa el sobrino!

AutorCony Delantal

Uno de mis sobrinos recién le dio el anillo a su novia Fátima, pero desde entonces no todo es miel sobre hojuelas.

Resulta que ya tuvieron su primer desacuerdo, pues la novia es de Mérida y mi sobrino es de aquí, y Fátima quiere celebrar la boda en Yucatán.

Total que la futura esposa le hizo manita de puerco al sobrino para realizar la boda civil aquí y la religiosa en Mérida.

Mi sobrino me pidió que ayudara a su prometida, pues mi hermana no tiene tanta paciencia para planear eventos y yo, en banquetes y costos, ya tengo algo de colmillo. Así que Fátima y yo nos reunimos un sábado para ver a una famosa "wedding planner" cuya oficina está sobre Paseo de la Reforma.

Ahí pasamos gran parte de la mañana y no saben el dolor de cabeza con que salí. En mis tiempos todo era más sencillo, una siempre quería una boda íntima, pero ahora la cantidad de detalles que deben contemplarse, simplemente escapan de mi imaginación.

Al salir invité a Fátima a comer y decidí que era buena oportunidad para conocer Zanaya, el nuevo restaurante del hotel Four Seasons.

Al entrar, todo me imaginé, menos que fuera mexicano. La decoración es sobria y en un primer momento, me pareció típica de Nueva York. No fue sino hasta que nos sentamos que pude ver los discretos acentos mexicanos plasmados en pisos, mesas y cuadros.

La carta de Zanaya está conformada por platillos de la región de Nayarit preparados de una manera muy tradicional, que sin duda evocan unas felices vacaciones en las hermosas playas del Pacífico.

Tienen desde atún en cenizas de chile y pimienta ($380) y tostadas de cebiche de sierra ($155), hasta un pollo ranchero en adobo de chiles y cerveza ($275). Después de haber echado un buen ojo a la carta, decidimos comenzar con sus aguachiles ($180) y unos tacos de pulpo a las brasas ($180).

Pedimos agua de piñón y horchata ($70) y debo decirles que, aunque pequeña, es deliciosa y perfecta para acompañar los platos.

Mientras tanto, la futura integrante de la familia me contaba que ha pensado en una recepción íntima aquí en la Ciudad con no más de 100 invitados. Para hacer juego, me dijo, tiene en mente usar uno de los diseños de Sandra Weil, famosos desde hace un par de años.

Estábamos muy entradas en los detalles cuando llegaron nuestros primeros tiempos. Los aguachiles se sirven de la manera más típica, con pepino, cebolla morada, limón, salsa de aguachile, camarón, callo y pulpo. Una entrada fresca, aunque eso sí, muy picante.

Los tacos de pulpo a las brasas...

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