Rebanadas / Casos de humo y fuego

AutorCony De Lantal

Ahora sí que están contentos aquellos que no fuman ya que difícilmente se van a encontrar en una mesa junto a alguien que les eche el humo, y bueno, peor cuando éste es de puro. A mí en lo personal me marea y me desagrada un poco, aunque a veces mi marido opta por éste. Yo la verdad le huyo cuando esto llega a ocurrir.

Esto lo comento a colación de las medidas tan severas que ya van a aplicar en los restaurantes en contra de aquellos que fumen en establecimientos cerrados. Bueno, está tan dura la cosa, que en caso de que alguien reincida en no respetar estas medidas, puede ir hasta a la cárcel. ¡Ay! Cómo lo siento por una de mis comadres que seguramente tendrá que salir muy seguido a la calle. Bueno, allá ella; se perderá de uno que otro buen chisme.

Así que la cosa está color de hormiga. Por lo pronto les siguen poniendo trabas a quienes fuman. Diría mi abuelita: "lo hacen por su bien". Los que se van a ver favorecidos en cierto sentido son aquellos que tengan terraza, pues ahí podrán tener su área de fumadores, en fin.

Mientras está este jaleo, hay lugares que parece que les van a dar lo mismo estas medidas, y lo digo porque de todas maneras se llenan.

Tal es el caso del restaurante Puntarena, el cual visitamos recientemente mi marido y yo. Por fin logramos ir al que se encuentra en Palmas 275, que siempre está sumamente concurrido, y la verdad me gusta un poco más que el de San Ángel.

Por cierto, me sorprendió que estuviera tan lleno, teniendo tan cerca al Cardenal, ubicado en la misma calle y que es más nuevo. Como que es un punto muy cosmopolita, pero hay que decir que no sólo es por ubicación. Desde que pruebas el primer platillo comprendes por qué está tan lleno. La calidad de su cocina está intacta desde que abrieron por primera vez.

Para abrir boca, pedimos un exquisito sashimi, uno de salmón de $134, quizá el más rico de la noche. La calidad del pescado es excelente y su frescura y sabor difícilmente comparables... simple y sencillamente un festín para el paladar.

Tuvimos el acierto de pedir otra rica entrada, me refiero al rollo de atún king crab de $240, que pudimos acompañar con tantita salsa de soya. Este par de pequeñas entradas nos dejaron un grato sabor de boca, dejando bien clara la calidad que manejan en Puntarena.

Con ese ánimo tan positivo que nos dejaron, de una vez mi marido aprovechó para también pedir al centro unos pulpitos, pero esta vez se le antojó el pulpo rostizado de $140, servido sobre una cama de lentejas...

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