Rebanadas / Y después del silencio...

AutorCony Delantal

Me costó más de dos semanas hacer que mi marido me acompañara a ver "El hilo fantasma", la película de Paul Thomas Anderson que protagoniza Daniel Day-Lewis.

Esta imperdible historia gira en torno a la relación de un hombre acaudalado y de modales exquisitos, con una mujer que trabaja como mesera y cuyo comportamiento es un tanto vulgar.

Enmarcada en una historia de amor, el director habla de una relación de poder y de un juego en el que uno caza al otro, como el gato al ratón, y una vez que lo acorrala, lo suelta sólo para verlo correr nuevamente. ¡Vaya metáfora del matrimonio!

Después de la función, mi esposo y yo estuvimos largo rato calladitos, calladitos. Sin darnos cuenta nos dirigíamos a San Ángel; ya estando ahí, entramos a cenar a D'Kirico.

Tras una tarde de lluvia nos apetecía sentarnos en su tranquila y cálida terraza para compartir una copa de vino. Hace años que no visitábamos este espacio gastronómico que se encuentra sobre la calle Amargura. Casi podría considerarse un clásico de la zona y, además, es de lo más concurrido.

El comedor principal, con techos altos y muros de piedra, estaba ocupado casi en su totalidad, así que con gusto nos dirigimos a su espléndida terraza. Una vez ahí, nos llevaron muy rápido el menú.

Como muchos de ustedes sabrán, D'Kirico ofrece platillos mediterráneos en un ambiente que hace olvidar hasta los peores retratos de un matrimonio.

Aquí son famosas las tapas ($155), las croquetas de bacalao ($135), el confit de pato ($295) y el rack de cordero con miel ($310). Entre las ensaladas destacan la de betabel rostizado ($140) y la verde, con lechugas, espárragos e hinojo ($145).

Si les apetece probar alguna pasta, este rubro tampoco decepciona. Preparan un fetuccini al ragú ($195), que parece no estar nada mal, y un fusilli a los cuatro quesos con manchego español semicurado, gorgonzola, gouda y parmesano ($185), que también suena de lo mejor.

Ya sentados, viendo al jardín y con copa de tinto en mano, pedimos la variedad de tapas ($155). Cinco piezas, para nada pequeñas, llegaron en un plato alargado. Sobrasada con miel de abeja y perejil frito, pan tomate con jamón serrano, manchego semicurado con aderezo de cilantro, y salmón con crema de eneldo fueron los bocados con que abrimos boca.

La de salmón, suave y sedosa, y la de jamón serrano fueron, sin duda, mis preferidas. Mi marido disfrutó más la de sobrasada, en la que resaltaba un toque de pimienta negra.

El filete de pescado ($275) me pareció...

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