Rebanadas / Doy gracias al aguacero

AutorCony Delantal

Como bien dice un amigo: "La gastronomía nos distingue de los animales, pues comemos con el estómago, pero también con inteligencia y corazón".

Esto se refleja en la cocina japonesa, pues su presentación es siempre sencilla y elegante, enaltece los ingredientes frescos y los productos del mar, y cada cocinero pone especial énfasis en agasajar a su comensal.

Las tradiciones gastronómicas niponas definitivamente seducen al paladar y cautivan al corazón.

Con ello en mente, invité a mi sobrina a comer a Umi Sushi Bar, un pequeño espacio gastronómico en Colima 124.

Minimalista en su decoración, en su interior ligeramente oscuro se encuentran cómodas mesas de madera enmarcadas por dibujos en tonos grises. Todo muy sobrio y con tintes orientales. Eso sí, no esperen un restaurante elegante, pues este lugar es sencillo y discreto.

Su carta es extensa; no supe si era buen augurio. Además de las entradas típicas, ofrecen diversas preparaciones del famosísimo ramen, casi 10 variedades de donburi y rollos de ocho o diez piezas divididos por estilo (picosos, dulces o capeados). En mi experiencia, una carta demasiado amplia difícilmente es buena de cabo a rabo.

Como íbamos con buen tiempo, nos tomamos las cosas con calma y ordenamos primero un par de brochetas tori ($25 c/u) y un sashimi maguro ($177).

Noté que, aunque las meseras son de lo más atentas, falta orden en cuanto a quién atiende qué mesa, un pequeño detalle que espero corrijan con el tiempo. Nuestras entradas, no lo niego, llegaron a la brevedad.

Las brochetas agridulces de pollo asado llevan un ligero toque picante y un poquito de cebollín. Ricas para comenzar, pero el sashimi nos gustó más.

Nuestro atún, de corte grueso, llegó a la mesa en un plato hondo sobre una cama de hielo frapé acompañado por finas rodajas de pepino y betabel. Además de ser de lo más fresco y ligero, me encantó la ración pues es perfecta como antesala de los fuertes.

Llamaron mi atención los donburi y los rollos picosos. Y aunque me costó trabajo decidirme, finalmente ordené el sake spicy roll ($137). Mi sobrina pidió un yakimeshi especial ($99) para seguir con un maguro mamenori ($131).

El primer tiempo de mi sobrina fue de su completo agrado. El arroz, aunque es frito, no estaba nada grasoso. Éste se acompaña con un poco de carne, verduras, pulpo, salmón y robalo. Si llegan a pedirlo, recomiendo compartirlo para disfrutar algo más de la carta.

Más rico me pareció el sake spicy roll, que lleva salmón, tobiko (hueva de...

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