Rebanadas / España por mar

AutorCony Delantal

Mi querido sobrino Ernesto está aplicando para una vacante en Google México, y quise reunirme con él después de una de sus entrevistas para que me contara cómo son esas oficinas de las que todo mundo habla.

Le propuse comer en Gorka Altamar, que está en Volcán 150, en Lomas de Chapultepec. Este restaurante del famoso Gorka Bátiz está en un edificio rodeado de corporativos.

No sé si recuerdan a este chef español. Fue discípulo de Arzak y por mucho tiempo formó parte del Tezka de Pedregal. Luego abrió en Polanco el James & Collins, que se transformó en Gorka, Sastrería Gourmet. Al cerrarlos apostó por Gorka Altamar, que tiene pocos meses en su actual ubicación.

El lugar es elegante y sofisticado, con detalles en madera y tonos azules. Al interior la decoración es minimalista y sobria. En su pequeña terraza reina un ambiente más desenfadado.

Nos sentamos afuera, pues el clima lo permitía, y desde el minuto uno la atención fue inmejorable. Ordenamos un gin de la casa ($180), mi sobrino con cítricos y yo con frutos rojos.

Hallamos un menú muy español y cero pretencioso en el que predominan platos del mar.

Entre las entradas hay pulpo braseado ($260), boquerones en aceite de oliva ($255), sándwich de cangrejo ($360) y croquetas de jamón ($185).

Le sigue una pequeña sección de ensaladas y sopas, con opciones como la crema de espárragos trigueros ($195) y la fina de faisán ($215); y un minúsculo listado de arroces, como el caldoso de bogavante ($850).

Un par de platillos a la parrilla, con varias opciones de guarnición, anteceden al apartado de pescados y algo más. Confit de pato en salsa de ciruelas ($410), bogavante altamar ($1,900), bacalao a la vizcaína ($345) y lechón al horno ($490) son algunas especialidades.

Para este momento mi sobrino y yo disfrutábamos nuestras ginebras, ambas de lo más frescas. Otro acierto de este espacio gastronómico, que ha incluido en su carta una vasta selección de cocteles, además de vinos mexicanos y españoles.

Como nuestro mesero nos recomendó la cazuelita de camarones con gulas ($420), la pedimos mientras decidíamos.

Ernesto no aguantó el antojo y ordenó la sopa de pescado del Cantábrico ($185) y, como aún puede mantenerse lejos de toda dieta, pidió también solomillo al tocino con pasta al foie gras ($520). Yo me fui por los chipirones en su tinta ($320).

Nuestra entrada nos pareció muy rica. Los camarones se sirven en una pequeña cazuela, sobre éstos se disponen las gulas y un aceite especiado y ligeramente...

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