Rebanadas / La forma... del marisco

AutorCony Delantal

Inspirada por la películas de Guillermo del Toro, una visita a De Mar a Mar se vuelve una experiencia que enamora.

Estaba al teléfono con una de mis amigas hablando sobre la entrega del Óscar y la famosa película La Forma del Agua, cuando se nos antojó comer algo, precisamente, salido del mar, así que colgamos y nos lanzamos a De Mar a Mar.

Al plan se nos unió una más y en poco tiempo ya estábamos en este restaurante, que se encuentra en la colonia Juárez y que no había visitado en un buen rato.

Al llegar descubrí que este espacio gastronómico finalmente se amplió. Con una carta diseñada por Eduardo García, chef de Máximo Bistrot, el lugar pronto se abarrotó y era obvio que les urgía ampliarse.

Finalmente, en noviembre abrieron la segunda planta y hoy se respira un ambiente más relajado, enmarcado por la encantadora decoración típica de una pescadería de puerto.

Aún conserva algunas periqueras, una barra en la que se muestran frescos mariscos y otra perfecta para arrancar con un buen coctel. Nosotras nos sentamos en una mesa con vista a la calle y enseguida una de mis amigas ordenó una ginebra de la casa ($300), mientras que mi otra amiga y yo nos fuimos por una copa de Casa Madero 3V ($125).

El menú poco ha cambiado y aún contempla platillos que prometen conquistar a más de uno. Para abrir boca, nosotras pedimos un aguachile de camarón ($218) y los tacos de camarón al chipotle ($75).

Entre comentarios sobre nuestro paisano Del Toro, que puso en alto el nombre de México y nos llenó de orgullo con su multipremiada película, le echábamos también un ojo al resto de la carta. Antes de que pudiéramos pedir los principales llegaron las entradas.

Con unas ricas tostadas de maíz azul probamos el aguachile de camarón, algo picosito, que lleva rebanadas de pepino y rábano, minúsculas rodajas de chile y un toque de perejil. Una entrada que francamente nos vino muy bien.

Los tacos, por otra parte, se preparan en una tortilla de harina que lleva chipotle y camarones y se acompaña con un poco de ensalada y un cremoso de aguacate que equilibra el sabor. También fueron un acierto como primer tiempo.

Era la tercera vez que el mesero se acercaba para tomar los siguientes platos, y nosotras aún no sabíamos qué pedir. Total que decidimos ordenar varias cosas al centro para no quedarnos con antojo.

Optamos por un coctel de camarón a la mexicana ($195), el ceviche De Mar a Mar ($165) y las tostadas de atún aleta amarilla ($185). Y como siempre hay alguien que...

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