Rebanadas / Gusto especiado

AutorCony Delantal

Mi querido marido tenía antojo de comer algo especiado y picante, así que me lo llevé a Tandoor. Seguro muchos de ustedes conocen este lugar, tiene una sucursal en la Condesa y otra más en Polanco.

Desde 1986, este espacio gastronómico sirve cocina de la India y Pakistán. El de la Condesa no es muy grande, y está adornado con figuras de camellos y elefantes; precisamente a ese nos dirigimos.

Arrancamos con unas chicken pakora ($85), son tortitas de harina de garbanzo con pollo y especias. Deliciosas para abrir boca y, con las salsas, las haces tan picantes como quieras.

Mi querido se siguió con una minúscula mulligatawny mughlai ($75). Esta sopa de lentejas se prepara con suaves especias y su tamaño la hace perfecta para aventurarse por un vasto plato principal.

Después optó por las chapal kabab ($195), unas muy ricas tortitas de carne molida con especias, especialidad de la casa, que se acompaña con cebolla y jitomate. La carne es de lo más suave; sin duda, una buena elección.

Yo preferí disfrutar un chicken tikka masala ($190), pollo deshuesado que se prepara en horno tandoor y lleva salsa masala. El ave viene en pequeños trozos y es picante, aunque puede pedirse al mesero que lo preparen con menos chile.

Cerramos con un exquisito kheer ($48), arroz con leche de coco, almendras, pistaches y cardamomo. De sabor, nada que ver con nuestro típico postre, pues éste no es nada dulce. Les recomiendo pedirlo.

Este restaurante es muy tradicional y vale la pena descubrirlo. Los sabores de su cocina, especiados, picantes y siempre fuertes, se disfrutan en preparaciones variadas y extraordinarias.

Además, el servicio es eficiente. Eso sí, no le vendría nada mal una arregladita al espacio, pues ya se le notan los años.

VOLVÍ AL DULCE PATRIA

Tenía mucho de no visitar el famoso restaurante de Martha Ortiz, y hace poco leí que Felipe VI comió ahí durante su estancia en nuestro País, así que yo también quise disfrutar de una comida como los reyes.

Fui con una amiga de muchos años y nuestra visita se tornó en una agradable experiencia que trajo a la memoria grandes momentos vividos ahí.

Como entrada, compartimos un tamal y un ceviche, dos opciones que solemos encontrar, siempre con giros interesantes, en la propuesta culinaria de este restaurante.

Seguimos con una sopa de manzana sorprendentemente creativa; su toque, entre dulce y ácido, conquista el paladar. La chef inaugura con ella un menú pensado para celebrar el mes del amor y la amistad.

Poco después...

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