Rebanadas / Soy persuasiva

AutorCony Delantal

Imagínense a un chef italiano que ha pasado por Barcelona, Londres e Italia y que ha trabajado hombro a hombro con famosos, como Gordon Ramsay, ahora en un cálido restaurante ubicado en una de las zonas más lindas de nuestra Ciudad.

No hay mejor lugar que un rinconcito romántico como éste, para hacerle manita de puerco a mi marido y convencerlo de salir en Semana Santa. Como él prefiere quedarse en casa, se me ocurrió animarlo a viajar mientras disfrutaba su cocina favorita: la italiana.

Con ese propósito nos arrancamos hacia Sartoria, que el chef Marco Carboni abrió hace poco más de seis meses, cerca de la Plaza Río de Janeiro.

De entrada les digo: reserven con tiempo, pues el lugar se llena en un santiamén. Además, no es muy grande, tiene un pequeño comedor en el que los clientes quedan muy cerca uno de otro, y un par de mesas a pie de calle.

La atmósfera es acogedora y el servicio cálido desde el primer momento. Nos sentamos en la parte de afuera, viendo hacia la réplica de "El David", que está en la plaza.

En su carta hay más de una opción fresca para abrir boca, como la ensalada de jaiba ($210) y el carpaccio de pulpo ($215). Entre los principales encontramos pastas frescas artesanales y risotto.

Tortelli verdes burro e salvia ($245), fettuccine al ragú de cerdo ($275), spaghetti a la chitarra ($265) o un risotto de arroz acquerello ($475), son especialidades de la casa.

Quienes vayan con antojo de carne o pescado, encontrarán pulpo braseado ($325), filete de pescado al vapor ($355) y hasta chuleta de cerdo ($385).

Al ver la carta se nos antojó una ensalada; pedimos la de jitomates criollos y burrata ($215), que completamos con una orden de gnocco fritto ($195).

Como plato fuerte mi marido ordenó el rosette al horno ($275), que el mesero le recomendó muchísimo, y yo opté por las láminas de seda y pesto a la genovese ($235).

Cuando llegamos aún no estaba lleno, así que nuestros platos no tardaron en salir. En breve disfrutamos una deliciosa ensalada con jitomates cherry, pesto, piñones, finas láminas de parmesano y un toque de limón.

El sabor y consistencia de la burrata nos pareció inmejorable y los frescos vegetales hicieron de éste un gran comienzo.

El gnocco fritto, un platillo típicamente italiano, son pequeños rectángulos preparados con harina y manteca sobre los que se montan quesos o embutidos. En este caso nos sirvieron tres piezas con un suave jamón serrano de notas almendradas, queso parmesano y un toque de balsámico. La...

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