Rebanadas / Sopa para el corazón roto

AutorCony Delantal

Una de mis amigas me llamó el sábado por la mañana para contarme, entre lágrimas, que había terminado con su novio después de muchos años. La relación fue un largo camino de encuentros y desencuentros, en el que sólo por pequeñas temporadas estaban bien. Finalmente descubrió que el susodicho la había engañado, ni más ni menos que con su anterior novia.

Mi querida Paulina lo puso de patitas en la calle en una lluviosa noche de viernes. Al día siguiente, me tocó ser la amiga comprensiva, así que fui a su casa para sacarla de la cama e hice que me acompañara a dar un largo paseo.

Al cabo de un par de horas yo ya tenía hambre, y como estábamos cerca de San Ángel, se me ocurrió ir a comer a la nueva sucursal de Tandoor, que recién abrió en la calle Río San Ángel 86 B, entre el Museo Carrillo Gil y el Teatro Helénico. Este espacio gastronómico, famoso por preparar auténticos platillos de la India y Paquistán, finalmente llega al sur de la Ciudad.

El comedor se encuentra dentro de una construcción de altos techos en pico, donde se observan detalles en madera y una que otra escultura hindú.

"Dejó su correo abierto en mi computadora y, cuando se fue, me puse a leer cada uno de sus mails. Así supe que llevaba meses viéndose con su ex y que el día de mi cumple, cuando me dijo que tenía que viajar por trabajo, había pasado el fin de semana con ella", me dijo Paulina con el corazón completamente roto.

Para animarla, le pedí la sopa creamy dal ($79) y, como yo moría de hambre, ordené un chicken pakoora ($90) para compartir. Con semejante estado de ánimo, me vi obligada a ordenar también un par de tintos chilenos ($98 c/u).

Mientras, Paulina me decía que durante mucho tiempo sospechó que algo no iba bien, pero no se imaginó que la situación fuera tan descarada. Bien dice el dicho que una nunca termina de conocer a las personas, o como en este caso, al menos no en un lustro.

La sopa cumplió su cometido. Con un sutil sabor a curry, esta crema calientita, con un toque de limón, despertó finalmente su apetito. Yo, mientras tanto, no dejaba de decirle que merecía algo mejor. La entrada que yo ordené era una delicia.

Ambas comimos unas tortitas de harina de garbanzo con pollo y especias que nos conquistaron por su textura.

De entre los fuertes yo opté por el chicken curry ($189), que no saben lo rico que me supo. Este pollo, de consistencia delicada, llegó en una auténtica salsa curry que pedí picante, aunque existe la opción de prepararla más suave. Mi...

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