Rebanadas / Vinito para levantar el ánimo

AutorCony Delantal

Hay días en los que me cuesta mantener el buen ánimo. Es entonces cuando busco consuelo en las grandes conquistas de las que somos testigos: hoy son más los adultos que ya tienen la primera dosis de la codiciada vacuna.

Esta semana, mi marido me vio preocupada porque nosotros tendremos que esperar un buen rato para ser vacunados. Muchas de mis amigas, angustiadas por la lentitud con la que se está vacunando a los mexicanos, se fueron a Estados Unidos por la primera y segunda dosis.

Para despejarme, mi querido me invitó a un nuevo espacio que prometía apapachar al corazón. Me llevó a Hugo El Wine Bar, un lugar chiquitito pero con mucho encanto, en el 38 de Av. Veracruz, cerca de Vecchio Forno.

Este bar, que recién abrió las puertas con una decoración minimalista y moderna, tiene, además de una gran selección de vinos naturales, una exquisita carta.

Sentados sobre esa calle, que acoge una vívida vegetación, con música electrónica, que de inmediato transporta a un localito europeo, mi marido y yo disfrutamos una tarde de lo más agradable.

Abrimos boca con una extraordinaria ensalada de cangrejo ($150) preparada con lechuga, apio y un sutil toque de mostaza. Además de rica, fue una entrada muy fresca y ligera; me encantó.

Como pudimos comprobar al ver pasar varios platos, en Hugo las raciones son chiquitas, así que no dudamos en pedir dos entradas más: unos calamares fritos ($140) y el crudo del día ($200).

Para maridar, mi querido eligió una copa del tinto español Nas del Gegant ($199), mientras que yo opté por una copa ($170), también de tinto, del Valle de Loira, en Francia. Ligeramente afrutado y fresco, me pareció de lo mejor.

Muy pronto probamos un rico crudo de huachinango bañado en leche de tigre. La textura del pescado era súper suave y esa salsa le dio un toque refrescante que conquistó al paladar.

Decidimos que, como el concepto te invita a compartir cada uno de los platos, haríamos lo propio con los principales. Yo elegí el pollo con poro ($260) y mi marido la milanesa de cerdo ($250), que fue una estupenda elección.

Esa se prepara con carne de cerdo y se acompaña con mostaza en granos. La combinación entre la carne crujiente, gracias al empanizado, y la especia, ligeramente ácida, nos pareció inmejorable.

Igual de bueno resultó el pollo, que llega sobre una salsa royale de poros, coronado con cebolla crujiente. Suave y jugosa era la carne que, al mezclarse con la salsa -de consistencia parecida a la de un puré-, nos regaló un...

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