Rebanadas / Visita al nuevo de la colonia

AutorCony Delantal

A veces, una encuentra gratas sorpresas donde menos lo espera. Les cuento que el pasado fin de semana ayudé a mi sobrina a mudarse a la colonia San Miguel Chapultepec y ahí descubrimos un nuevo restaurante, que nos encantó.

Este barrio alberga cada vez más cafés, galerías y espacios gastronómicos de gran calidad. Uno de ellos es Madereros, ubicado en el número 70 de General Antonio León.

Una vez que supervisamos la entrega de cajas en la pintoresca casa, nos dirigimos a este restaurante de estreno para tomar fuerzas y regresar a acomodar, al menos, los muebles de la recámara.

De entrada, me fascinó el ambiente. Los espacios, por la arquitectura del lugar, se convierten en cálidas habitaciones privadas en las que reina un color vibrante y una decoración vegetal, cortesía del diseñador industrial Ricardo Casas.

Sentadas en un lindo rincón, nos adentramos en la experiencia que corre a cargo de Mario Espinosa. Por recomendación de nuestro mesero, abrimos con croquetas de coliflor y jaiba ($145) y tostadas de crudo ($145).

Con una copa de tinto mexicano ($120), disfrutamos unas exquisitas croquetas. De este manjar, llegan tres piezas, servidas con una fresca ensalada. La textura, ligeramente crujiente, y el sabor de la jaiba hicieron de este primer tiempo un acierto que, sin duda, volvería a ordenar.

Las tostadas no fueron menos exquisitas. Sobre una crujiente base, se sirve una cama de salsa de chipotle y, encima, un fresco pescado bañado en una salsa ligeramente ácida y coronado con finas rebanadas de cebolla frita. Con esta entrada, nos dimos cuenta de que estábamos por descubrir platos fuertes igual de ricos.

La carta en Madereros es concisa, pero todo suena delicioso. Su cocina de asador promete conquistar a los comensales con exquisita sazón e ingredientes de la mejor calidad.

Mi invitada y yo optamos, por compartir dos platos: el medio pollo al asador ($360) y un arroz de calamar relleno de marlín ($385). Ambos se sugieren para dos personas y tardan, más o menos, 30 minutos en salir de la cocina; les recomiendo ordenar con tiempo.

Como mi querida me contaba las muchísimas ideas que tiene para decorar su casa, el tiempo pasó volando y, muy pronto, llegaron nuestros espectaculares platos al centro.

El pollo orgánico, crujiente por fuera y súper suave y jugoso al centro, se acompaña con una ración de brócoli, lechugas, y...

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