Rechazan que enojo cause enfermedad
Autor | Marión Altamirano |
MONTERREY.- Aunque existe la creencia de que el enojo provoca padecimientos crónicos y degenerativos, entre otros, más que causar una enfermedad puede influir en los niveles de estrés y ansiedad que sí causan problemas, advierten especialistas.
"Es una respuesta emocional normal. Dentro de las respuestas emocionales básicas existe el enojo, la ira, tristeza, alegría, el desagrado, el temor y la sorpresa.
"Son normales, adaptativas, sirven para la supervivencia, entre otras cosas", explica Ricardo Caraza Camacho, neuropsiquiatra con maestría en neurociencias cognitivas y neuropsicología del Instituto de Neurología y Neurocirugía del Hospital Zambrano Hellion.
De acuerdo con el experto, el enojarse mucho no significa que se vaya a enfermar, sino que puede que ya tenga algún tipo de padecimiento, por ejemplo, un trastorno de ansiedad y eso provoque una respuesta irritable.
"Ahora bien, cuando hay una respuesta de enojo defensiva intensa, hay una respuesta de adrenalina, puesto que tiene que ver mucho con estrés y con ansiedad, y eso nos puede llevar a estados de estrés crónicos que causen gastritis, colitis o algún otro síntoma físico", señala.
Una respuesta inmediata a un coraje, por ejemplo, puede ser estreñimiento, vómito, dolor de cabeza, dolor de estómago, diarrea, colitis o reflujo.
El médico internista Juan Manuel González explica que un infarto o alguna enfermedad cardiovascular no son necesariamente consecuencias del enojo, sino que hay en la persona una enfermedad preexistente.
"Por ejemplo, si tiene las arterias tapadas y se la vive haciendo corajes que llegan a un grado de histeria, es más probable que le dé un infarto a causa de esos enojos, pero a una persona sana, no", agrega.
Asegura que lo mismo pasa con la diabetes.
"Si un diabético o prediabético tiene un alza en sus niveles de azúcar 'a causa de un coraje' es porque sus hormonas no funcionan de la manera adecuada y no regulan ese rush de adrenalina que surge al momento de enojarse".
"En nuestro cerebro, en alguna de las regiones del área frontal, tenemos el freno de nuestra conducta, nos ayuda a regular nuestra respuesta ante una situación estresante, y así, que sea una respuesta adaptativa", explica Caraza.
"Hay veces que ese freno no funciona en forma...
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