Reconcilia pasado y presente

AutorÁngel Rivas

ENVIADO

MORELIA.- Aún recuerda aquellos tiempos en los que sentada en la cocina del restaurante familiar jugaba a la comidita con su nana y la mayora a cargo del lugar, quienes le enseñaron desde pequeña el mundo de las hierbas y las especias, y le inculcaron el amor por los platillos de su natal Michoacán.

Para la chef Lucero Soto, las paredes del restaurante Lu, en el Hotel Casino del centro de Morelia, no sólo guardan una infinidad de memorias sino decenas de preparaciones clásicas del estado que ella fue aprendiendo y evolucionando, como la sopa tarasca y las enchiladas.

"El mayor recuerdo que tengo es que las especias eran las favoritas de la mayora y a mi nana le gustaba usar muchas hierbas, era como una alquimista en la cocina. Mis preferidas ahora son la hierbabuena, el cilantro, los perejiles...", narra Soto.

Lucero probó su don para la cocina mientras estudiaba mercadotecnia en Querétaro. Sus guisos ganaron fama entre sus compañeros y los de su hermano; su casa fue bautizada como "La Fonda de los Soto Arriaga". Los amigos hambrientos hacían parada por ahí seguros de encontrar alguna delicia que los saciara.

La chef aprovechaba cualquier momento en la cocina del restaurante, en las vacaciones y los días de descanso, para aventarse sus "palomazos" gastronómicos.

Al terminar la universidad, se hizo cargo de la parte administrativa del establecimiento familiar, pero la pasión por la cocina le ganó. Decidida a perfeccionar su técnica se matriculó en cursos cortos, uno en Valencia, España y...

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