Reconocen a Mondragón

AutorSilvia Isabel Gámez

Lo llaman poeta beat, pero confiesa no saber por qué. Quizá, aventura Sergio Mondragón, porque tradujo a autores de esa generación, como Allen Ginsberg, y porque respiró su filosofía en la atmósfera de la época, los hoy lejanos años 60.

"Era inevitable que esa estética formara parte de uno mismo. Como hoy no podemos soslayar que vivimos un tiempo cruel en México, y eso nos mueve a cierta postura vital".

Cuando aún no se apaga el eco de los homenajes por sus 75 años de vida, Mondragón fue anunciado ayer como el Premio Xavier Villaurrutia 2010. Un jurado formado por Adolfo Castañón, David Huerta y Margarita Villaseñor lo galardonó por Hojarasca (Instituto de Cultura de Morelos, 2010), un "poemario de diáfana imaginación y profundidad", y su trayectoria como editor de revistas literarias, publicaciones como El corno emplumado, Memoranda y la Revista Latinoamericana de Estudios Budistas, en las que dio a conocer la obra de autores de América Latina, Estados Unidos y Oriente.

"Su notable labor como difusor cultural junto a su propia poesía, ha propiciado y prodigado imágenes en el medio de la poesía mexicana", señala el jurado.

Mondragón (Cuernavaca, 1935) es autor de una obra breve, pero incesante. En 2006, la UNAM publicó Poesía reunida (1965-2005), que concentra los cinco títulos que ha escrito: Yo soy el otro (1964), El aprendiz de brujo (1969), Pasión por el oxígeno y la luna (1982), El ocre de los lodos (1991), y una primera edición de Hojarasca (2005).

Es autor también de las antologías Poesía norteamericana del siglo XX, Poesía latinoamericana, República de poetas y Un rebaño bajo el sol. Antología de poesía japonesa moderna, junto a Atsuko Tanabe.

"Escribo despacio, y poco", afirma Mondragón. "Podría decir que no he tenido prisa. Lo que sí he hecho es leer mucho, todo el tiempo, esa es la razón de que haya publicado pocos libros".

Cada poema, dice, exige su tiempo y su atmósfera. A veces llegan como una ráfaga, y otras muy lentamente, pero en todos los casos requieren un largo periodo de maduración. "Tomo muchas notas, todo el tiempo. Anoto una idea, un verso que surge de repente. Eso lo conservo, y cuando me siento con ganas de escribir, recurro a esas notas".

Las influencias que reconoce en su obra vienen de su amigo Juan Martínez, un artista y poeta ya fallecido, y dos grupos literarios de posturas estéticas contradictorias, pero a la vez complementarias: los estridentistas y los Contemporáneos.

Tras los sucesos del 68, Mondragón...

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