Recordando el A / H1N1

AutorMiguel Messmacher Linartas

MIGUEL MESSMACHER LINARTAS

EX SUBSECRETARIO DE HACIENDA

Todos los días estamos recibiendo actualizaciones sobre el rápido crecimiento en el número de personas infectadas y fallecidas debido al brote de un nuevo tipo de coronavirus que comenzó en Wuhan, China. Si bien el gobierno chino ha llevado a cabo acciones extraordinarias para limitar la propagación del virus -imagínese la cuarentena de sesenta millones de personas, casi la mitad de la población de México-, los indicios de que una persona puede comenzar a contagiar el virus antes de manifestar síntomas implica que una contención total será muy difícil. Autoridades, empresas y personas deben tomar sus previsiones.

Para ello, me pareció que valía la pena compartir mi experiencia cuando México se vio afectado por el brote de fiebre "porcina" asociado al virus A/H1N1 en 2009. Era el economista en jefe de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y fue mi responsabilidad analizar cuáles serían los efectos sobre la economía y ayudar en las propuestas sobre cómo responder a ese brote. A continuación escribo lo que considero fueron las lecciones más importantes que aprendimos.

Primero, en episodios de mortalidad baja o moderada, como pasó en México y parece ser el caso ahora en China, el impacto económico más importante viene por las acciones que llevan a cabo las personas, empresas y autoridades para limitar el contagio. Aún sin ninguna intervención gubernamental, las personas y las empresas dejan de llevar a cabo actividades que implican contacto o cercanía con otras personas. Dentro de las actividades afectadas están el transporte colectivo de personas, restaurantes, espectáculos grupales como cine, teatro o conciertos, escuelas, supermercados, actividades turísticas, entre otros. Si bien la caída en la demanda es más dramática para estos servicios, las personas también tienden a consumir menos bienes. La profundidad de la caída en la demanda puede verse aumentada o reducida dependiendo de la reacción de las autoridades.

Segundo, si bien era predecible, se confirmó que el grado de afectación va a depender de la duración del episodio y de la percepción de gravedad de la enfermedad. En el caso de México, se confirmó relativamente rápido que la enfermedad no parecía tener una mortalidad ni tasas de contagio muy distintas de brotes de influenza más convencionales, por lo que pronto se restableció la normalidad. A pesar de ello, hay estimaciones de que el episodio en México redujo el...

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