Recorridos trágicos

AutorMario Abner Colina

Los humanos tienen curiosidad mórbida innata: quieren ponerse "en los zapatos" de protagonistas de grandes desgracias.

Tras el siglo 1, las ruinas de Pompeya -destruida por la erupción del Vesubio- atrajeron gente. Y en pleno siglo 19, asociaciones ya promovían visitas a Waterloo, actual Bélgica, para ver dónde fue derrotado Napoleón Bonaparte.

Hoy, proliferan compañías que ofertan visitas a escenarios que fueron testigos de muertes, desastres, sufrimiento. Se le denomina tanaturismo o turismo negro.

Y puede que ya lo hayas hecho o, quizá, desees adentrarte en él. Aquí algunos lugares alrededor del mundo que se pueden recorrer.

ZONA CERO

Pocos han olvidado qué hacían exactamente aquella mañana del 11 de septiembre de 2001 cuando cayeron las Torres Gemelas de Nueva York por un atentado terrorista.

Una década después, un parque conmemorativo se alzó en ese lugar de Manhattan para honrar a las 2 mil 977 víctimas que perdieron la vida esa fecha. Tres años más tarde, se inauguró un museo.

La experiencia, al recorrerlo, resulta casi obligatoria para muchos viajeros en Manhattan.

Al aire libre, el visitante puede ver la placa con los nombres de todos los fallecidos y contemplar un peral de flor que permaneció en pie cuando todo lo demás se derrumbó. Es el símbolo de esperanza.

Dentro del museo se narran los sucesos previos a la desgracia, la cobertura de prensa de la misma y se celebra la vida de las víctimas. También se analiza la recuperación de una ciudad después de esa herida inolvidable.

El boleto para acceder al museo y al memorial cuesta 39 dólares para adultos; hay descuentos para menores de edad y adultos mayores de 65 años.

www.911memorial.org

MERAPI

En 2010, el volcán Merapi hizo erupción y mató a 353 personas en la isla de Java Central, en el archipiélago de Indonesia.

Los indonesios han sanado esa cicatriz, incluso la presumen. En su cultura, la fuerza de los volcanes es mística, reverenciada.

Montados en jeeps, los visitantes pueden alcanzar las faldas del Merapi. A su paso, se hacen paradas en diversos sitios, entre ellos el museo Sisa Hartaku, creado por un habitante local que recolectó recipientes, cubiertos, motos y hasta televisores derretidos por la lava. Un reloj con las manecillas detenidas en el momento en que fue alcanzado es de los artículos más famosos.

Kaliadem, un pueblo cercano a Merapi, fue destruido por la erupción del gigante aquel año.

Allí sobrevive un búnker y su historia es curiosa. Protegió a refugiados por la...

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