Redes: Veneno y espejismos

AutorEduardo Portas

EDUARDO PORTAS

FUNDADOR DE CAPITALSOCIAL INVESTIGACIONES

De los 140 a los 280 caracteres. Del tuitazo al retuitazo. De la participación ciudadana a la robotización partisana. Del "¡échale, campeón!" al "¡échale montón!".

Si la elección presidencial de 2012 fue la primera en la que las redes sociales se intentaron usar como un canal alternativo para darle voz al elector mexicano, la de 2018 es todo lo contrario: domina la desinformación, el sesgo ideológico y la regurgitación del pensamiento monolítico.

El reciente acuerdo entre Facebook y el Instituto Nacional Electoral confirma el ambiente de desconfianza que envenena los ecosistemas digitales. Google, subrayando el hecho, anunció que abrirá un espacio dedicado para informar sobre las elecciones presidenciales.

En tan sólo unos años, las redes sociales han sido secuestradas. No es que fueran la panacea liberal en 2012, pero la degradación ha sido rápida y violenta, particularmente en Twitter. Es casi imposible emitir una opinión política en esa red social sin ser atacado por bots o porros digitales. Callar antes que dialogar.

No vaya a ser que la crítica tenga algo de verdad.

La estrategia política tuitera de este proceso es la siguiente:

  1. inflar al candidato ciegamente con likes, menciones y retuits,

  2. denostar al candidato opositor, c) neutralizar cualquier tema que pueda afectar al político preferido inyectando mensajes a un hashtag genérico banal (#FelizMartes, por ejemplo) y, d) intensificar la interacción entre aquellos que comparten mi favoritismo (el núcleo duro que me apoya cuando me meto en un lío).

Pero el volumen de actividad en las redes sociales no garantiza un aumento en la intención de voto, como revelan las encuestas. La notoriedad en las redes se ha convertido en una condición necesaria, mas no suficiente, para que un candidato sea tomado en cuenta por el electorado. El periodo de intercampañas intensifica la sensación de vacío que presentan. Por eso aparecen con más frecuencia las riñas tuiteras, mensajes teledirigidos que buscan saltar del entorno digital a los medios tradicionales.

¿Por qué se han devaluado las redes?

La respuesta tiene que ver con la naturaleza de las mismas. En esencia, nunca fueron planeadas como instrumentos de información noticiosa, sino como sistemas para intensificar la comunicación personal, de ahí que las marcas y el gran comercio hayan sido los más beneficiados con su creación y no los difusores imparciales de noticias. De hecho, los...

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