Del reflector a la impunidad

AutorKarla Garduño Morán

Hace 21 meses que el administrador de la aduana de Veracruz, Francisco Serrano Aramoni, fue secuestrado. El hecho de que el presidente Felipe Calderón se presentara en el puerto 10 días después y advirtiera que no descansaría hasta esclarecer el caso, no sirvió para dar con su paradero.

"Las pesquisas se desarrollarán hasta sus últimas consecuencias a fin de llevar a todos los responsables de este deleznable delito ante la justicia y encontrar con vida a nuestro compañero", dijo Calderón el 11 de junio del 2009 en un discurso ante el personal de la aduana.

Diez meses después, el 21 de abril del 2010, el mismo Calderón cometía el error -corregido inmediatamente después por la oficina de la Presidencia- de dar por muerto a Serrano Aramoni.

La detención de cinco policías de tránsito, un ex director de la policía municipal y dos presuntos zetas es el resultado de la investigación de la Procuraduría General de la República.

Más tiempo ha pasado (dos años y nueve meses) tras el asesinato de quien fuera comisionado general de la Policía Federal, Édgar Millán. Aunque el autor material está preso, las pesquisas de la PGR no han ido más allá. La ejecución, el 8 de mayo del 2008, llamó la atención porque era el primer mando de alto rango asesinado y un personaje cercano al secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.

Cinco días después de la ejecución, el supuesto autor intelectual del crimen ya estaba detenido. Según la SSP, el policía federal José Antonio Martín Montes Garfias, vinculado con los Beltrán Leyva, había orquestado la adquisición de vehículos, armas y radios para que el sicario Alejandro Ramírez Báez llevara a cabo la ejecución. La investigación no se sostuvo. La PGR arraigó a seis presuntos responsables, pero el juzgado primero de distrito en Puente Grande Jalisco sólo pudo procesar a tres de ellos, aunque ninguno por el delito de delincuencia organizada.

El autor confeso fue encarcelado por homicidio y sólo hubo elementos para condenar a Montes Garfias por posesión y portación de cartuchos y armas de fuego. Otro de los presuntos responsables, Gerardo García Antúnez, fue condenado por el mismo delito.

Crímenes bajo reflectores

Como estos casos, existen otros que se convierten en escándalos de gran impacto, temas a los que la autoridad le da gran importancia o que incluso llegan a ser material de promoción para presumir la guerra contra el narcotráfico, pero que no son resueltos o se quedan a medio camino en el proceso judicial.

La captura el 23 de enero del 2009 de Santiago Meza El Pozolero, en Tijuana, llamó la atención por lo siniestro de los hechos que se le imputaban. El detenido era acusado de haber cocinado en ácido más de 300 cuerpos por órdenes de Teodoro García Simental El Teo, quien se disputaba con Fernando Sánchez...

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