REFLEXIONES / Ocurrencias

AutorMauricio González

La gente que votó por Morena lo hizo para cambiar la forma de gobernar al País. Con una rapidez insólita, AMLO y su equipo han preparado numerosas acciones para que el cambio se inicie a la brevedad.

Cambiar per se no significa mejorar, para ello se requiere que las transformaciones se sustenten en un entendimiento detallado de la problemática en cuestión y de una valoración cuidadosa de los costos y beneficios involucrados.

Muchas de las acciones que el nuevo Gobierno desea instrumentar dan la impresión de ser ocurrencias, producto de ideas repentinas, más que de reflexiones profundas.

Bajar el sueldo del Presidente de la República es una medida simbólica de austeridad, que por la forma como se efectuaría podría costar más de lo que ahorraría.

Por mandato constitucional, ningún servidor público puede ganar más que el Presidente y AMLO ha decidido reducir sus percepciones de 270 a 108 mil pesos mensuales. Ello de facto compactaría la escala salarial de los funcionarios gubernamentales y ocasionaría que un director de área de cualquier dependencia (sexto nivel), gane más o menos lo mismo que un secretario de estado (primer nivel). ¿Acaso los puestos del primero al sexto nivel del gobierno tienen la misma responsabilidad o requieren la misma capacidad laboral? Claramente no, entonces por qué remunerarlos como si fuera así.

Con esta política salarial se corre el riesgo que el Gobierno pierda a sus funcionarios destacados, que sin dificultad encontrarán mejores oportunidades en el mercado laboral.

Los altos mandos gubernamentales son los encargados de diseñar y ejecutar las acciones de gobierno que supuestamente deben beneficiar a los ciudadanos. Y si los sustitutos de los que renuncien -porque han sido condenados a ganar menos- son inexpertos o incompetentes y trasladan su ineficiencia al quehacer de su dependencia ¿Quiénes serán los paganos? Los ciudadanos, quién más, y todo por satisfacer el simbolismo del líder.

Si AMLO quiere ser emblema de austeridad está en su derecho, pero sería mejor que mantenga su sueldo, renuncie a él -que al cabo no lo necesita ya que tiene todos sus gastos cubiertos- y lo done a su causa social preferida, sin desquiciar la...

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