Empresa/ Reforma de la reforma

AutorAlberto Barranco Chavarría

Concebido como el antídoto para evitar el estallido de una crisis similar a la que motivó el polémico rescate de 1995, de acuerdo con la óptica de la nueva generación de banqueros el marco jurídico resultó insuficiente... o si lo prefiere nació cojo.

Como recordará usted, las reformas publicadas en el Diario Oficial el 20 de abril del año 2000, apuntaban a tres vías: incorporar a la legislación mercantil la figura de la prenda sin transmisión de posesión, como medio para constitución de garantías; regular de manera específica los fideicomisos de garantías, y establecer nuevos procedimientos para la ejecución de las propias garantías: uno judicial y otro extrajudicial.

Estamos hablando pues, de otorgar certeza jurídica a los hombres del dinero frente a una maraña de disposiciones que volvían misión imposible la recuperación de bienes otorgados en prenda para la obtención de préstamos.

El principal sustento del paquete, más allá de la recuperación de una gama sin fin de ordenamientos dispersos, fue la creación de la Ley de Concursos Mercantiles en sustitución de la de Quiebras y Suspensión de Pagos, a cuya vera se creaba el Instituto Federal de Concursos Mercantiles.

De acuerdo con el esquema, en un plazo máximo de 1 año se ventilarían los procedimientos para liquidación de pasivos de empresas en problemas, bajo un esquema que planteaba la integración de un órgano de arbitraje para conciliar activos y pasivos.

El caso es que más 2 años después no se ha logrado cerrar uno solo de los expedientes.

Y el caso es que en las primeras batallas libradas bajo el nuevo escenario, los banqueros se encontraron con la novedad de que los deudores podían librarse jurídicamente de la totalidad del adeudo con sólo el importe del bien otorgado en garantía, por más que el monto de los réditos hubiera invalidado su papel prendario... y se acabó la demanda para la instalación de fideicomisos en garantía.

Por lo demás, de acuerdo con un estudio realizado por encargo de la Asociación de Banqueros de México, el promedio de duración de los procedimientos ejecutivos mercantiles e hipotecarios alcanza 25.5 meses... al margen, naturalmente del lapso que transcurre entre el dictado de la sentencia y su ejecución.

El caso es que la propuesta planteada por el Presidente Vicente Fox a presión de los banqueros, cuyo derecho de picaporte alcanza mayor velocidad que en el sexenio anterior, plantea una serie de innovaciones, entre las que sobresalen las siguientes:

-Elimina la...

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