Reinan palabras durante un día

AutorSilvia Isabel Gámez

Aquí las palabras vuelan, surcan el aire. Alguien las dice, otro las piensa, y uno más las recrea.

En la Fiesta del Libro y de la Rosa, en el Centro Cultural Universitario, aguardan tres rollos de papel de cien metros, en los que se han distribuido 80 versos. El propósito es crear un poema colectivo en homenaje a los ausentes: Cortázar, Paz, Pacheco, Gelman, Huerta.

Inician con José Emilio Pacheco: "Y de repente sonó el danzón". Arranca luego el cadáver exquisito: "de un mundo lejano de sonidos", "entre los sonidos de La Nada y...".

En la entrada de la Sala Nezahualcóyotl, Gabriel García Márquez se eleva entre dos grandes ramos de rosas amarillas. Quien lo desee puede rendirle homenaje con una anécdota, un recuerdo, un mensaje. Si agrega su firma, será subido a la red.

"Maestro: Por generaciones su obra será recordada", escribe la coordinadora de Difusión Cultural de la UNAM, María Teresa Uriarte. "Gracias Gabo, por el hielo, por el asombro, por la maravilla", anota el escritor Benito Taibo.

En esta fiesta, cada paso es una sorpresa. Por aquí avanza una cojeante troupe de payasos, más allá, sobre el espejo de agua convertido en escenario, más de 20 personas intentan seguir los pasos de salsa que marca Enrique Carreto, y apenas a unos metros, bajo una de las carpas, la dramaturga Ximena Escalante explica su pasión por Shakespeare.

Circulan familias, novios, e incluso perros que no pierden de vista a su dueño. Y la gente sonríe al prójimo si acaso lo empuja sin querer, o porque se encontraron sus miradas. Son parte de una misma tribu, una que disfruta pasar el día así, circulando entre libros. Los organizadores esperan recibir más...

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