Reinventan fiesta librera

AutorFrancisco Morales V.

Al iniciar el día, la incertidumbre era general en la Plaza de la República. El pronóstico era de lluvia y la afluencia incierta, pero el Gran Remate de Libros prometía.

De la noche a la mañana, literalmente, las cuatro caras del Monumento a la Revolución se vieron pobladas ayer por nueve carpas repletas de libros, más que lo que hubieran cabido en su antigua sede, el Auditorio Nacional.

Doscientas editoriales y 700 sellos esperan que, como cada año, sus títulos fuera de circulación, embodegados, encuentren al fin lectores, ahora desde las nuevas coordenadas.

Pero llegar ahí no fue fácil.

Édgar Galindo, encargado del stand de Penguin Random House, trabajó hasta la madrugada, cosa que no ocurría antes, para poder dejar listo el enorme stand de la transnacional. "Nos tuvimos que esperar al horario en el que ya dejara de pasar el Metrobús, 12:30 de la noche, para poder acercar las camionetas y descargar a esa hora. Acabamos hasta las 3 de la mañana", relata.

No asoma en él, sin embargo, cansancio, sino orgullo por el deber cumplido.

En su espacio, que le permitió colocar mil cajas de libros, 300 más que en el Auditorio, la gente se formaba para pagar con los brazos llenos.

"No sabíamos qué iba a pasar. En teoría, en el papel, parecía bien porque era muy céntrico; la realidad fue que sí es muy céntrico. Es nueva sede, pero la gente esperaba mucho este remate", considera.

Y la duda era compartida. Tras una reducción de 800 metros del espacio que el Auditorio ofrecía, los rumores de cancelación emergieron.

Tanto la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), como la Secretaría de Cultura capitalina, organizadoras del evento, tuvieron que tratar de asegurar a los expositores que el remate se mantendría con éxito.

Tras considerar primero el Complejo Cultural Los Pinos, que fue descartado por su falta de conectividad y la mala calidad de su internet, se decidió intentar con el Monumento a la Revolución.

"(Los Pinos) te obligan a caminar mucho. Acuérdate de que aquí sales cargadísimo de libros", dice sobre la elección, pragmático, el titular de la Secretaría de Cultura de la Ciudad, José Alfonso Suárez del Real.

Mientras lo dice, estudiantes con hasta cuatro bolsas, igual que padres de familia, agradecen que el Metrobús esté tan cerca.

"La reducción del espacio en el Auditorio aquí nos permitió no solamente otorgarles la cantidad de metraje que tenían, sino ampliar, y entonces permitir la entrada de nuevas editoriales, sobre todo...

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