Una relación 'intensa y cordial'

AutorRoberto Zamarripa

LA HABANA.- Carlos Salinas anda sin calcetines. Camina por Cuba a su anchas. Recomienda tiendas, supermercados y restaurantes. Anda solo, sin séquito y sin chofer.

Viaja en un automóvil alquilado con placas cubanas. Hace dos décadas vivió en La Habana tras dejar México en medio de condenas políticas sobre su Gobierno.

¿Fidel Castro le ofreció el refugio?

No había necesidad de dar refugio; lo que hice fue que, en circunstancias muy difíciles en el año de 1995, cuando había estallado la peor crisis económica que ha vivido México desde la Revolución mexicana, una crisis terrible, que el Senado ya ha esclarecido sus responsabilidades, de la que me culpaban y en ese momento generaba una hostilidad tremenda contra mi persona, lo que hice fue ausentarme de México por varios años y uno de los lugares en que decidí residir fue en Cuba, responde.

Arguye que entonces realizaba labores de mediación entre el Presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y el de Cuba, Fidel Castro.

"En agosto de 1994, pasada la elección presidencial de México, encontrándome en la residencia oficial de Los Pinos, recibí una llamada de Bill Clinton", recuerda Salinas.

El mandatario estadounidense le pidió interceder con Fidel Castro para poder controlar el éxodo masivo de cubanos que entonces ocurría.

Salinas consultó con el escritor colombiano Gabriel García Márquez la posibilidad de entrar en contacto con Castro.

Y posteriormente llamó directo al entonces Presidente cubano.

"Le dije que prefería no darle detalles por teléfono, pero que en ese momento el Gabo García Márquez se trasladaría a La Habana para explicarle. Y así ocurrió", narra.

Entonces "se inició un diálogo inédito, único y directo entre el Presidente de Estados Unidos, el comandante Fidel Castro, mediado por el Presidente de México y por el Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, para poderle dar solución a esa salida desordenada de cubanos que ante una situación tan dramática que vivían en la isla habían optado por irse a Estados Unidos", añade.

La segunda mediación entre Estados Unidos y Cuba, bajo el liderazgo de Fidel Castro, ocurrió en 2003 cuando Salinas fue enterado del caso de una madre norteamericana, Nina Streeter, cuyos hijos habían sido secuestrados por su padre, quien los tenía de manera clandestina en Cuba.

Salinas recuerda: "no terminó ahí la relación con el Comandante. Años después, ya como un ciudadano más y visitando esta isla donde tenía relaciones de amistad con muchos...

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