Relata Metinides su trágica suerte

AutorJorge Ricardo

"Lo mejor ocurría cuando yo llegaba", dijo Enrique Metinides (DF, 1934), en recuerdo de un tiempo en que la realidad trágica parecía ponerse a su servicio.

Desde que tenía 11 años, Jaralambos Enrique Metinides Tsironides, su nombre completo, o el "Niño" Metinides, como se le apodó entonces, empezó a fotografiar a la muerte. Asesinatos amorosos, suicidios solitarios, entierros con rabia, electrocutados en lo alto de los postes, incendios sin tregua, todo ocurría a cualquier hora y él, que dormía con un radio sintonizado en las estaciones de emergencias, lo fotografiaba antes que nadie.

Su primer muerto fue un decapitado por el tren en Buenavista. Metinides, hijo de griegos que nació por accidente en México, desarrolló una estética personal de la tragedia: tomas aéreas donde lo más atractivo nunca fue la sangre sino lo artístico de la foto y los mirones.

"Sin los curiosos mis fotos no serían nada", dijo Metinides la noche del jueves a otros 60 mirones que acudieron al Centro Cultural Gimnasio de Arte, en la Colonia Roma, a observar sus fotos y recordar su paso por los periódicos La Prensa y Crimen.

Recordó los dramas que fotografió sin una gota de sangre. Primero...

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