Relicario de Historias/ Juego de niños

AutorAlejandro Rosas

La medida pudo ser de funestas consecuencias y provocar un éxodo, un motín o hasta una rebelión de infantes. Ni las excesivas reformas borbónicas habían sacudido tanto a la Nueva España. Los adultos comprendieron las bondades del bando, pero ante la atónita e inocente mirada de los niños, el Virrey, Marqués de Branciforte, era la viva imagen del terrible Herodes. Con el corazón oprimido, los padres observaron a sus hijos derramar lágrimas cuando les fue comunicada la orden del Virrey: "...prohíbo absolutamente la diversión de volar papalotes y encargo estrechamente a los jueces mayores celen y vigilen sobre la observancia de esta prohibición". El 21 de noviembre de 1797 pasaría a la historia como un día negro en la memoria infantil. Pero bien visto el caso, el Marqués tenía sus razones de peso para tomar semejante medida: "Las desgracias experimentadas en esa capital a resultas del pueril entretenimiento de los papalotes y del descuido de los padres de familia en no precaverlas, impidiendo la subida de los niños y jóvenes a las azoteas, se han repetido en estos últimos días con demasiado sentimiento mío, viendo la...

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