Rebanadas/ Renovaciones

AutorCony De Lantal

Hay una novedad anunciada por varios meses en Av. La Paz: el restaurante Sierra Valley, cuyo nombre surge de la combinación de las sierras de California y los extensos valles de Napa.

Este sitio de cocina californiana es un buen lugar para conocer pues es agradable desde su entrada, un tanto espectacular y sobre todo práctica.

Los autos entran a un desnivel inferior que permite un cómodo ingreso a un estacionamiento techado y el acceso al restaurante es a través de escaleras o un elevador, lo que resulta cómodo para personas de la tercera edad o con silla de ruedas.

Su salón principal es amplio y tiene un importante número de mesas. Mi marido y yo preferimos ubicarnos en el desnivel cerca de la barra que tiene un gran ventanal, desde donde veíamos caer copiosamente la lluvia.

Debo agregar que en esta ocasión nos acompañaba un buen amigo y en esta mesa para tres, nos rodeaban los suficientes meseros como para sentirnos halagados.

He de comentarles que además de las mesas cuadradas con sillas muy cómodas, tienen unos 'booths' o casillas con sillones rojos que parecieran más privados.

Primero quisimos comer ahí, pero los asientos de los sillones son demasiado suaves, de tal manera que te sumes y sientes que la mesa queda demasiado alta, así que decidimos cambiarnos a una cuadrada y sentimos la gran diferencia en comodidad.

No se hicieron esperar las atenciones de sus meseros. Mi marido pidió inmediatamente la carta de vinos y no dudó en pedir, acorde al lugar, un californiano tinto Wente Cabernet Sauvignon de 345 pesos la botella, que resultó el marco perfecto de esta ocasión.

Para iniciar ordenamos un dip de espinacas y alcachofas de 78 pesos. Resultaba lo más atractivo de entre unos aros de calamar y carpaccio de atún o res. Así fue, un comienzo discreto pero muy sabroso, untado sobre totopos caseros.

Continuamos con una ensalada Sierra Valley de 78, muy recomendada por nuestro mesero. Está acompañada de pollo a la parrilla y aderezo hecho en casa de miel, lima y cacahuate. Este último le proporciona el valor al platillo, que hizo que en un abrir y cerrar de ojos no dejáramos ni rastro de ella con todo y que la porción es buena para tres.

Todos nos saltamos la sopa pues no hay una gran variedad debido a que cada día hacen una diferente, sólo la clam chowder y el consomé de verduras se sirven a diario.

El lunes toca la crema de alcachofa, al día siguiente camarones con queso, continúan con sopa de nuez y chipotle, el jueves crema de berenjena...

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