El renovador del tango

AutorErika P. Bucio

La pandemia ha venido a trastornar la celebración del centenario del renovador del tango Astor Piazzolla.

Desde la Fundación Astor Piazzolla, que creó en 1995 y preside, su viuda Laura Escalada admite la dificultad de armar en las actuales circunstancias un programa conmemorativo.

"No te puedo decir nada que no sepa que se pueda realizar, nosotros estamos programando igual con la Fundación Astor Piazzolla, pero de ahí a que las podamos realizar...", desliza Escalada, quien sufrió una forma leve de la enfermedad por Covid-19, vía telefónica desde Buenos Aires.

Piazzolla (Mar del Plata, 1921-Buenos Aires, 1992) cumpliría 100 años el próximo 11 de marzo. Pesa la incertidumbre, por ejemplo, sobre los conciertos en el Teatro Colón para honrarlo.

Define en una palabra al bandoneonista y compositor: "Revolucionario".

Lo pinta como un virtuoso del bandoneón que amaba su música y tocaba con pasión y respeto, con una entrega total. "Yo le llamaba 'encantador de serpientes' porque no podías dejar de mirarlo". Un hombre que en lo privado era un pan, pero que no se quedó callado ante los ataques.

Fue mejor comprendido fuera de su país, piensa Escalada. "El único país que nunca lo entendió fue Argentina". Cuenta aquel día cuando Piazzolla quiso abordar un taxi y el chofer se negó a llevarlo por considerarlo "el asesino del tango".

A pesar de que Piazzolla fue arreglista para Aníbal Troilo en la década de los 40, antes de irse a París a estudiar en 1954 con la pedagoga francesa Nadia Boulanger, quien le confirmaría que su camino estaba en la música popular.

"De pronto los viejos tangueros, los famosos 2 por 4 (el compás por antonomasia del tango) lo atacaron por los cuatro costados, la radio no le pasaba los temas, lo llamaban destructor del tango, sufrió mucho", dice Escalada.

En Concierto para quinteto, disco que grabó a fines de 1970, Piazzolla lo pone en sus propias palabras: "Este es el homenaje de mi Concierto a estos cuatro virtuosos de la música de Buenos Aires, a estos diez años últimos de dura lucha e incomprensión y ataques".

Esa incomprensión los llevó a París por una década. La pareja se conoció en 1976. "Inmediatamente no sólo lo aceptaron sino que lo amaron y de ahí comenzó a hacer una carrera internacional", dice su viuda.

Piazzolla y Escalada vivieron en condiciones modestas al principio, contaban con una sola habitación en París, con una cama, el piano y una cocineta. "No te creas que nuestra vida fue una vida de glamour en París"...

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