Réplica: Critica al cónsul Lomónaco

Estimado Director:

Solicito atentamente publicar los siguientes comentarios en relación con el artículo "La Diplomacia frente al cambio", escrito por Jorge Lomónaco, cónsul general de México en Miami, Florida, publicado el pasado 18 de junio en el suplemento Enfoque.

Respeto el derecho de Jorge Lomónaco a expresar su opinión. Siempre defenderé el derecho de todo mexicano a decir su verdad, pues siempre he creído que la libertad de expresión es un derecho humano, pero también una gran responsabilidad. Esto no significa coincidir con todas las opiniones y concretamente disiento de lo afirmado por el ex colega Lomónaco. En este sentido, rechazo que los principios consagrados en la Constitución sean materia de la que se puede hacer uso o desechar cuando convenga. Los principios son mapas, pautas, brújulas, que guían la acción de los seres humanos y de las instituciones, los borras y pierdes la orientación, se pierde la ruta y no llegas a tu destino.

Por ello y sobre todo por ser fruto de la experiencia histórica de nuestro país, los principios que norman la política exterior de México fueron aprobados por unanimidad por todos los partidos políticos representados en el Congreso, incluyendo al actual partido gobernante, y desde 1986 forman parte de la Constitución de la República, precisamente para evitar que un grupo de temerarios se atrevieran a romper con el consenso mínimo que marca una política de Estado en materia relaciones internacionales.

Podemos ver aún las secuelas de una política exterior desacertada y sin rumbo iniciada por Jorge Castañeda Gutman, el primer secretario de Relaciones Exteriores del presidente Vicente Fox Quesada, y por sus socios incondicionales, que en lo referente al Servicio Exterior Mexicano (SEM) produjo severos daños al impulsar las lesivas reformas a la Ley del Servicio Exterior Mexicano como resultado de las "agitadas aguas que vino a remover", como Castañeda lo anunciara, y aprobadas por un complaciente Congreso en diciembre de 2001, cuyos representantes no advirtieron cómo se coartaban los derechos y las prestaciones laborales de los miembros del SEM, o su sometimiento a una continua y draconiana evaluación con la permanente amenaza del despido, la inclusión de causales de baja que se convierten en instrumento de vejación y venganza en manos de autoridades carentes precisamente de principios, en las que contribuyó el eficiente y pragmático secretario particular, primero y después oficial mayor, de Castañeda...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR