Reportan grave a Liz Taylor

Elizabeth Taylor se encuentra "al borde de la muerte" por una situación cardiaca que la mantiene en cama y que la ha llevado a preparar su funeral, reveló ayer la prensa británica.

La gravedad de Taylor, de 74 años, fue dada a conocer por amigos cercanos, citados por el sitio web Contact Music, quienes aseguraron que Liz se encuentra totalmente consciente de su crítico estado de salud.

"Liz se encuentra cada día más próxima a la muerte, y ella lo sabe. No es una imagen nada agradable", afirmó un amigo cercano de la actriz de ojos azul violeta, al señalar que el corazón de Taylor está muy débil y la tiene en cama de forma permanente.

Liz ya no abandona su habitación en su mansión de Bel Air en California, lejos de las luces y los reflectores que la acompañaron a lo largo de su carrera, que inició a los 12 años.

De acuerdo con el informante, la actriz se encuentra tan enferma que incluso canceló el festejo de Pascua que cada año ofrecía.

La dos veces ganadora del Óscar, consciente de su situación, ya ha hecho los arreglos para su funeral, y planea que sus restos descansen en Suiza, al lado de su ex esposo Richard Burton, a quien considera el gran amor de su vida.

Taylor ha decidido que la mayor parte de su dinero será donado a investigaciones destinadas a encontrar una cura para el sida, que ha sido una de las causas que ha promovido.

"No le va a dejar mucho dinero a sus hijos. Desea que la mayor parte de su fortuna vaya para las investigaciones sobre el sida", reveló la fuente.

Su historia en México

Cuando estuvo en Puerto Vallarta, entre 1962 y 1963, acompañando a su pareja, Richard Burton, en la filmación de El Día de la Iguana, a Taylor le gustaba refrescarse durante el día con un vodka collins, y por la noche, con un whiskey Jack Daniels.

Ramón Castro, quien fue cantinero en el hotel Océano, ahora El Tequila's, cuenta que Taylor no perdonaba sus bebidas cuando iba a esperar a Burton al restaurante del hotel.

"Ella siempre estaba cuidando a su Richard. Estaba muy al pendiente de él".

El ahora guía de turistas comentó que Burton prefería la cerveza.

"Los dos se llevaban muy bien. Mientras ella lo esperaba todos los días de grabación en el restaurante, saludaba a la gente; aprendió mucho español. A ella le encantaba que la reconocieran. Las pocas veces que los vi comer, fue pescado y camarones", aseguró.

Cuando Burton le compró un jeep, que era la novedad en el lugar, Liz lo mandó pintar de morado.

"No lo manejaba, tenía un mozo. Casi nunca...

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