Resarce pundonor afrentas a la afición

AutorSalvador Camarena

Luego de semanas de frustraciones, la afición capitalina vio ayer una corrida de toros. Ni más ni menos que lo que cualquier taurino pide: jóvenes pundonorosos, con técnica y personalidad; toros con suficiente presencia y bravura, y polémica en el tendido.

De apenas 18 años y natural de Francia, Sebastián Castella fue el triunfador de la novillada que en buena hora vino a confirmar que los cartuchos quemados de la torería nacional eso son y que mejor hay que trabajar esperanzas en la tropa novilleril.

Castella lloró la muerte de Apasionado, el toro de la controversia. Si desde el arranque de la corrida quedó claro que los de Real de Saltillo traían cosas adentro para celebrar el rito, el séptimo de la tarde era la síntesis de los buenos augurios.

Luego de apenas sacarle un par de lances con el capote, Castella encontró el temple en una primera tanda de derechazos, gusto que repitió en seguida. Pero el adusto semblante del chaval sólo cambió cuando le cuajó al capacho un par de pases en redondo. Más confiado, se pasó la muleta a la mano izquierda y le ejecutó un par de tandas de naturales impecables.

El toro, que chillaba cada pase, seguía la muleta en combinación de cadencia y belleza. En los tendidos agradecían el regalo y perdonaban la deuda de tantas aburridas tardes con pañuelos blancos que pedían un excesivo indulto.

A...

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