Resbala en el cuartel, lo cesan y gana juicio

AutorBenito Jiménez

El soldado de Artillería, Marino Gutiérrez, se resbaló en un cuartel en 2009, fue acusado de deserción y dado de baja del Ejército, y tras cuatro años ganó la demanda al comprobarse abusos en su contra.

Lo anterior, debido a que el delito de deserción que se le imputaba nunca existió, de acuerdo con la sentencia de un tribunal colegiado federal.

El caso destapó una cadena de abusos por parte de mandos del Ejército en contra de Gutiérrez, que batalló por cuatro años contra la justicia militar para que se le reconociera su derecho laboral-castrense.

Todo comenzó en febrero de 2009, cuando el soldado Marino acudió a las 8:30 horas a los baños del Regimiento ante el llamado de sus mandos.

"Me dirigí a los baños de dicho regimiento, al escuchar los gritos de llamado de mis superiores, corrí a ponerme a sus órdenes, pero al correr resbalé porque el baño estaba con agua en el piso, al caer perdí el conocimiento y por información de mis compañeros, me dicen que convulsioné, por lo que fui trasladado de inmediato al pelotón de sanidad de mi regimiento, al no responder a los primeros auxilios que se me daban en el pelotón de sanidad, fui trasladado al Hospital Central Militar para atención médica, del cual fui dado de alta por ya no presentar más crisis convulsivas", narró Marino en su demanda de amparo que conoció y resolvió el Juzgado Décimo Segundo de Distrito de Amparo en Materia Penal en el Distrito Federal, que revisó el caso en primera instancia.

El soldado fue dado de alta el 7 abril de ese mismo año por el médico cirujano y especialista en psiquiatría, Mayor Juan Rogelio Ríos Morales, del área de medicina en el departamento de neuro-psiquiatría.

"Continué con crisis convulsivas recurrentes en los siguientes días, por lo que en el Noveno Regimiento de Artillería, mis superiores me empezaron a aislar no dejándome ya entrar al cuartel, dejándome únicamente pasar lista de llegada y salida a mis labores, mi situación laboral se empezó a agravar con hostigamiento, cuando mis superiores con palabras obscenas y maltrato me decían que yo era un 'huevón' y que lo mejor era que no volviera al cuartel", aseguró.

Para evitar convulsiones le recetaron tres cajas de Fluoxitina.

Marino urgió a sus mandos que fuera reingresado al hospital para una valoración de mayor rigor.

Ahí comenzó el problema.

Y es que el soldado demandó ante el Ministerio Público Militar que el comandante del Noveno Regimiento, no le concedía la autorización para que fuera enviado al...

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