Residuos peligrosos, cuidado sobre ruedas

AutorAlan Miranda

El traslado de materiales y residuos peligrosos es un segmento del autotransporte que puede resultar atractivo para algunas compañías, ya que la guerra de precios no es tan feroz como ocurre con otras mercancías, y los dueños están conscientes de lo importante es que lleguen a su destino con seguridad.

Sin embargo, los transportistas que han incursionado en esta actividad también se han dado cuenta de que la competencia es intensa, pero no debido a fletes demasiado baratos, sino a que los clientes fijan estándares de seguridad cada vez más altos, y para cumplirlos, es necesario que realicen inversiones millonarias.

Esta actividad es fuertemente regulada por el Gobierno federal, pues existe un reglamento específico en el que se detallan los tipos de materiales y residuos peligrosos, así como los vehículos que deben utilizarse para su manejo, entre otros detalles.

También hay normas oficiales mexicanas que detallan las características que deben tener partes específicas de los vehículos, como la NOM-020-SCT2-1995, que se refiere a las estructuras que rodean a los tanques y que los protegen en caso de volcaduras.

Leonardo Gómez, director general de la Asociación Nacional del Transporte Privado (ANTP), explicó que para que una empresa pueda participar en esta actividad debe obtener permisos por parte de las secretarías de Comunicaciones y Transportes, Medio Ambiente y Recursos Naturales y de la Defensa Nacional.

Además, sus operadores también deben contar con licencias de conducir especiales.

Pese a que existen más de 2 mil empresas autorizadas para el traslado de estas mercancías, sólo 253 han logrado trabajar con la Asociación Nacional de la Industria Química (ANIQ), organización que agrupa a las mayores empresas del sector químico en el País.

Para que un transportista forme parte del directorio que esta asociación ofrece a sus agremiados, es necesario que cumpla con requisitos mínimos de seguridad adicionales a los establecidos por la SCT.

Entre otras cosas, éstos incluyen capacitación constante para los operadores sobre procedimientos y prácticas de seguridad, así como un sistema de administración de operadores en el que quede registrado cuántos viajes realiza y qué rutas cubre cada conductor.

Cuando las compañías alcanzan este nivel de cumplimiento, son colocadas en el nivel 3, el más bajo de los tres en que la ANIQ clasifica a sus proveedores de transporte.

Para llegar a la categoría más alta, las compañías deben llevar a cabo acciones...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR