Restauran piezas en Quintana Roo

AutorCecilia Rosen

El rescate de tecnologías tradicionales mayas permitió a los restauradores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) restaurar y conservar la iconografía y colores originales de los mascarones monumentales que adornan las pirámides del sitio arqueológico Kohunlich, en el sur Quintana Roo.

Identificados como elementos ornamentales de la arquitectura maya del Clásico temprano (200 a 600 d.C.), los mascarones de Kohunlich son los mejor conservados en el País y han representado, según el INAH "uno de los retos más importantes en la restauración mexicana" en años recientes.

El clima selvático -que incluye altas temperaturas, un elevado porcentaje de humedad y eventos extremos como ciclones tropicales-, los mascarones se han deteriorado, perdiendo algunas de sus partes y su aspecto original.

Las tareas iniciales de restauración, después de su descubrimiento (en la década de los setenta) consistieron en aplicar consolidantes basados en polímeros sintéticos -para mantener unidas las distintas partes de cada pieza- que según se sabía en aquella época, ayudarían a los mascarones a recuperar su aspecto original y resistir mejor las condiciones climáticas.

En los noventa, sin embargo, los especialistas observaron que estos polímeros no sólo no ayudaban a conservar las piezas a la intemperie, sino que las hacía más vulnerables y aceleraba su deterioro, además de aumentar la proliferación de microorganismos que provocan daño en las capas superficiales de las piezas.

Teresita López, restauradora de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH, documentó en un extenso trabajo sobre el uso de los polímeros en los mascarones, por qué debían dejar de utilizarse y en cambio optar por materiales orgánicos.

El arte de la química

En 2005, el INAH inició un proyecto de restauración y mantenimiento de los mascarones a través de la identificación y uso de los materiales que se utilizaron originalmente para producir y consolidar las piezas.

El equipo de restauradores, encabezado por Elda Anrubio, ha obtenido resultados positivos al aplicar cal como cementante y una mezcla de arena y sascab, producto de la intemperización de rocas calizas típico de la región y que sirve como carga en los morteros o pastas de resane, lo que les ha permitido detener el proceso de pulvurulencia y oquedades en las piezas.

La cal es eficiente porque revierte el proceso de degradación ocasionado por el ambiente, en este caso húmedo y caliente, al...

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