Resurge esplendor

AutorYanireth Israde

La más reciente ofrenda descubierta al pie de Templo Mayor de Tenochtitlan, extraordinaria por su contenido de oro, resistió los ímpetus modernizadores de una ciudad dispuesta a cavar para introducir cables y ductos de todo tipo.

"Fue un milagro, resume el arqueólogo Nicolás Fuentes Hoyos, quien encontró intacto el depósito junto con su colega Gerardo Pedraza Rubio, ambos dirigidos por Leonardo López Luján, titular del Proyecto Templo Mayor (PTM).

Parece, sí, obra divina, porque las perforaciones para introducir infraestructura urbana amenazaron la ofrenda varias veces, desde el porfiriato, cuyo colector de aguas negras el mismo que parte en dos el centro ceremonial, quedó a escasa distancia, y luego, en época moderna, una tubería de agua le pasaba por encima, y por debajo, a unos centímetros, instalaciones del teléfono. Pero la ofrenda 167 perduró más de cinco siglos para resurgir un día soleado.

La tarde del 11 de septiembre de 2015 estaba tan luminosa que hizo refulgir un objeto que Fuentes Hoyos confundió con basura, mientras trabajadores del Fideicomiso de Centro Histórico construían el puente peatonal que unirá las calles de Argentina y Guatemala. Los arqueólogos deben permanecer atentos por el potencial del sitio.

"Iban a retirar un tramo de tubería de agua potable, empezaron a dar picotazos y algo brilló en el piso. Por un momento pensé que era una envoltura de chicle, me acerqué a verlo con más detenimiento: era una orejera de oro. A parar todo, a sacar a los trabajadores, a notificar el hallazgo. Es emocionante, cuenta Fuentes Hoyos.

La orejera resultó idéntica a la de Coyolxauhqui, diosa lunar provista de cascabeles en el rostro, representados también en la ofrenda, junto con corazones y punzones de huesos cruzados, para sumar 20 piezas de oro martillado y repujado únicas por su diseño, la fineza del trabajo y el material.

En total se reunieron 336 objetos para consagrar la edificación de la sexta etapa del Templo Mayor durante el reinado de Ahuizotl (1486-1502), emperador que expandió al imperio hasta la actual Guatemala.

"El oro no es común, no esperas encontrarlo aquí, señala López Luján. Las sociedades mesoamericanas apreciaban el metal, explica, pero no tanto como las plumas y el jade.

Además de objetos de oro, la ofrenda contenía piedras metamórficas verdes, cuchillos...

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